Pradales espera un «gesto» de Sánchez con las transferencias
Recta final. ·
Los gobiernos central y vasco tienen solo cuatro meses para cerrarlos traspasos pendientes y recobrar una confianza que en el PNV parece perdidaMás le vale a la consejera de Gobernanza del Gobierno Vasco, Maria Ubarretxena, haber tomado fuerzas en sus vacaciones veraniegas en Zamora y Mendavia. En ... la apertura del curso político el pasado jueves, el lehendakari anunció que, para cerrar en lo que queda de año las 23 transferencias pendientes para culminar de una vez el Estatuto de Gernika, la también portavoz del Ejecutivo «alquilará si hace falta un piso en Madrid» durante todo septiembre y se «atornillará a la silla» hasta cerrar los acuerdos con el Gobierno central. Más allá de la hipérbole, lo cierto es que Imanol Pradales y su partido, el PNV, están dispuestos a poner toda la carne en el asador con ese objetivo, que según el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez pactado por PSOE y jeltzales, fija el final de este año como plazo para completar todos los traspasos. Pero, tanto Gobierno Vasco como PNV no se fían y por ello esperan cuanto antes «un gesto» de Sánchez o del Gobierno central que «garantice» que se va a abordar la negociación hasta las últimas consecuencias, tras el sabor agridulce de la cita de mediados de julio, según fuentes nacionalistas consultadas por este periódico.
El Ejecutivo de Vitoria, formado por peneuvistas y socialistas, tiene los deberes hechos y presentará en menos de un mes todos los documentos necesarios para completar las transferencias pendientes, sobre todo el cierre de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y las prestaciones del paro, auténtica madre del cordero de la negociación y que quedó pendiente hace mes y medio.
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Y es que en esa cita del 15 de julio en Madrid, en la que Pradales y Sánchez se vieron las caras y cerraron solo cuatro traspasos menores, sin llegar a rematar la ansiada gestión de la Seguridad Social, el jefe del Ejecutivo de Vitoria pidió al presidente que «pusiera orden en su casa», en alusión a las reticencias surgidas en el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, de Sumar.
Críticas de Esteban
Desde entonces, el asunto ha desaparecido de la agenda pública de Madrid, marcada este agosto por los incendios y el cruce de reproches con el PP por la corrupción, por lo que desde Gobierno Vasco y PNV consideran necesario algún «gesto» que permita atisbar cierto optimismo ante la reanudación de las negociaciones. Los peneuvistas tienen presión de sus rivales, después de que en julio los partidos de la oposición en Euskadi, como EH Bildu o el PP, minimizaran el pacto y acusaran el lehendakari y su equipo de volver con el zurrón casi vacío.
Los jeltzales necesitan alguna señal antes de reunirse para que su confianza en el PSOE «salga de la UVI»
Solo con alguna «señal» positiva de voluntad real de culminar la negociación el PNV recuperará la «confianza» en el Gobierno central, que a día de hoy está «en la UVI», como señaló gráficamente la nueva portavoz jeltzale en el Congreso, Maribel Vaquero, en una contundente intervención que además le sirvió para empezar a ganar poso en su reto de relevar a Aitor Esteban como voz del Grupo Vasco en Madrid. Un Esteban que, precisamente, el pasado viernes en el tradicional mitin de apertura de curso del partido en Zarautz, sorprendió con sus pullas al presidente del Gobierno y sus advertencias sobre las competencias pendientes.
Quedan 23 traspasos pendientes, entre ellos la madre del cordero, la gestión económica de la Seguridad Social
Pese a ello, el Gobierno Vasco, del que no hay que olvidar que también está formado por los socialistas vascos, acudirá con buena disposición a las negociaciones y reuniones que jalonarán el último cuatrimestre del año, pese a que en Vitoria y Sabin Etxea están con la mosca detrás de la oreja, conscientes de que Sánchez, con los frentes de la corrupción, los Presupuestos y los órdagos del nacionalismo catalán, tiene muchos quebraderos de cabeza y que probablemente las transferencias a Euskadi no esté marcadas en rojo en su agenda. Si Gobierno Vasco y PNV observan «verdadera voluntad», puede haber más margen de maniobra temporal, sabedores de que cuatro no son muchos meses para cerrar unos traspasos técnicamente complejos, aunque en los peneuvistas queda ya poca paciencia.
Y aunque no quieren vincular la negociación presupuestaria con los Presupuestos, recuerdan que el PNV es un voto necesario para sacar las Cuentas, elemento que parece imprescindible para que la legislatura del Gobierno central continúe, aunque nadie descarta que se tire para adelante incluso sin cuentas.
Presupuestos
En el PNV están también algo sorprendidos de que estando ya en septiembre nadie del Ejecutivo central se haya dirigido a ellos para abordar la negociación presupuestaria, algo que al parecer ha ocurrido también a otros grupos del llamado 'bloque de investidura', como la propia EH Bildu.
El Gobierno de Sánchez debería haber aprobado en julio el llamado 'techo de gasto' para saber de qué margen económico dispone para elaborar su proyecto presupuestario, que debe de estar además presentado para antes de octubre, con vistas a aprobarlo en diciembre y evitar una nueva prórroga que dejaría políticamente muy tocado al presidente al no aprobar una ley básica para gobernar.
En el PNV hay cierta sorpresa por el hecho de que Sánchez no les haya llamado todavía para hablar de Presupuestos
La confirmación oficial de la OTAN de que España alcanzará finalmente el 2% de gasto de su PIB en Defensa en 2025, un objetivo que los aliados acordaron en la cumbre de 2014 para la década posterior y que España cumplirá ahora por primera vez tras el esfuerzo inversor de 10.500 millones anunciado en abril por el presidente del Gobierno, también pueden complicar tejer alianzas para las Cuentas. Incluso aunque desde Moncloa intenten maquillar la situación incluyendo en ese desembolso actuaciones vinculadas a la I+D+i o similares. El problema es que los hasta ahora aliados parlamentarios del PSOE no quieren ni oír hablar de gasto militar, principalmente Podemos, que tiene esa cuestión como una línea roja infranqueable y que además le sirve para provocar contradicciones en el socio de Sánchez, Sumar. Lo mismo ocurre con ERC o EH Bildu.
El Gobierno del PSOE, sin embargo, mantiene la frialdad consciente de que el PNV, y el resto de socios de la investidura, no tienen tan fácil dejarle caer porque la alternativa sería un Ejecutivo de PP y Vox, aunque el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, insiste en que gobernaría en solitario. En paralelo, las relaciones entre PNV y PP están más que dañadas, y los populares, con su nuevo secretario general, Miguel Tellado, a la cabeza, siguen echando leña al fuego como si asumieran que cualquier opción de que Feijóo fuera presidente tendrá que pasar únicamente por un pacto por acción u omisión con la ultraderecha. Una situación que llevó también a Esteban a replicar este viernes en Zarautz con duras andanadas, como calificar de «ciénaga» a la formación popular.
La culminación de las transferencias pendiente daría paso a otra negociación pendiente, la del nuevo Estatuto vasco, en la que trabajan discretamente PNV, EH Bildu y PSE-EE, en un acuerdo conjunto, con el reconocimiento del derecho a decidir de Euskadi como gran escollo.
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