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David González e Iñigo Crespo
Viernes, 19 de marzo 2021, 07:36
Miren Larrion adaptó su imagen física de «forma evidente» para suplantar la identidad de una compañera de EH Bildu y abrir una cuenta ... bancaria a su nombre, en la que ingresó 300 euros. «No fue un hecho puntual», aseguran medios policiales, sino una operación planificada paso a paso y sostenida durante semanas. A punto de cumplirse un mes del escándalo que le costó la carrera política -fue invitada a dimitir el mismo día que la formación tuvo conocimiento del escándalo-, las pesquisas del Grupo 6, una unidad especializada de la Ertzaintza, han determinado que la exconcejala, ingeniera de formación, se hizo pasar por la víctima en, al menos, «cuatro ocasiones» durante más de un mes. ¿Por qué? Ese es el único punto sobre el que falta arrojar luz en un caso que ya espera nuevas fases en el Palacio de Justicia de Vitoria. La Ertzaintza maneja la hipótesis de que quisiera perjudicar políticamente a su víctima.
Entre el 13 de enero y el 22 de febrero, según lo que ha podido confirmar este periódico, la que era líder de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria supuestamente adoptó la identidad de la víctima en varias ocasiones. Valiéndose de su DNI -se cree que tras hurtarle la cartera en un descuido en la sede vitoriana de EH Bildu-, imitando la forma y el color de su pelo rizado y falsificando su firma, abrió un correo electrónico, contrató una línea de telefonía móvil y alquiló un apartado de Correos en la oficina de la calle Portal de Legutiano.
Se supone que fueron los pasos previos a la apertura de una cuenta bancaria a nombre de su compañera de filas en la que llegó a ingresar 300 euros. Ese depósito, el único del que hay constancia, se produjo en una sucursal situada a apenas unos metros de la sede de EH Bildu en la capital alavesa. El Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria dirige la investigación del caso, que podría desembocar en las imputaciones de un delito continuado de falsedad documental, usurpación de identidad, hurto y estafa en grado de tentativa. Esta sala ha decretado el secreto de sumario.
Se desconoce qué motivó a Miren Larrion a caer en esta espiral. En su única declaración hasta la fecha, desarrollada el día 22 de febrero en la comisaría de Portal de Foronda, explicó a los agentes que la finalidad de la cuenta era ahorrar «para un gran viaje a la India con compañeros». Cuando fue descubierta añadió que era «una tontería» y que la suplantada «lo entendería todo». Al día siguiente, en un mensaje colgado en Twitter habló de un «error». Achacó sus acciones a «un momento personal difícil» y dijo que buscó «una solución que era equivocada desde el principio». No explicó las razones de su comportamiento, aunque prometió hacerlo «en el proceso judicial que se desarrolle».
Según ha podido saber en exclusiva este periódico, la exportavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria se enfundó un sombrero, se rizó el pelo y usó gafas de pasta para adoptar un físico muy distinto al habitual en la agenda municipal, y muy similar al de su compañera.
Así se presentó Miren Larrion en las ocasiones en las que acudió a las oficinas de la entidad financiera, el 29 de enero, 11 y 22 de febrero. Pero fue la mañana en que le sorprendieron efectivos de la Ertzaintza cuando el cambio resultó más «notorio», según comparten fuentes policiales. Una «mujer de 45-50 años (Miren Larrion tenía 51), de 1,65 metros, pelo castaño y rizado» y con «gafas de pasta» se presentó en la sucursal, emplazada en la Avenida de Gasteiz. Había sido citada para tratar de aclarar por qué no podía acceder a su cuenta corriente, creada apenas dos semanas antes. Desconocía que había mordido el cebo urdido por la Policía autonómica.
Una empleada de la entidad bancaria con la que Miren Larrion había intercambiado mensajes de WhatsApp la citó tras conocer que la titular de la cuenta -la compañera de partido- había alertado de una posible suplantación de su identidad después de recibir una carta del banco en su domicilio. A la salida de la oficina, dos ertzainas de paisano interceptaron a Miren Larrion y le pidieron su identificación. Siempre «a viva voz», la portavoz municipal de EH Bildu dio el nombre de su compañera hasta en cuatro ocasiones, facilitó un número de teléfono (el que había creado a su nombre) y la vivienda de la víctima como su residencia. Los agentes, que no la reconocieron en un primer momento, le instaron a que les mostrara su DNI. Pese a su reticencia inicial, facilitó la documentación de la otra integrante de Bildu, junto con su dirección, número de teléfono (el falso), el carné de conducir y la tarjeta sanitaria.
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Una de las agentes, no obstante, se percató de que Larrion trataba de ocultar un papel de colores, que resultó ser una txartela de la Korrika a nombre de Miren Larrion. Ese era el único título de su propiedad que portaba en ese momento, ya que el resto de documentos se identificaban con el nombre de su compañera. Hasta ese preciso instante, ni la víctima, ni el banco, ni la Ertzaintza sospechaban que se tratara de la entonces líder de la oposición.
Una vez descubierta, Miren Larrion aseguró que todo era «una tontería y un error», y que la suplantada «lo entenderá». En las dependencias de la Ertzaintza, la sospechosa ofreció su teléfono real y afirmó que el número que había dado antes pertenecía a «una amiga», para sorpresa de los agentes. Cuando éstos le solicitaron que mostrara ese contacto en el terminal, señaló que había «perdido» el teléfono durante el traslado, y que le avisaran «cuando apareciera». Ante esta «contradicción», los agentes llamaron a ambos números, pero no obtuvieron respuesta. Poco después, fue la propia exconcejala quien ingenuamente devolvió la llamada perdida: una er-tzaina le preguntó si era Miren Larrion y ella respondió de forma afirmativa. Llegó a asegurar que había encontrado el aparato donde la habían abordado.
Ese 22 de febrero a mediodía, tras abandonar las dependencias policiales, Miren Larrion acudió a la habitual ofrenda floral a Fernando Buesa y Jorge Díez Elorza. Llevaba la misma ropa y peinado con los que se presentó en la entidad bancaria tres horas atrás. Fue su último acto público antes de su partido anunciara su dimisión esa misma tarde. Su futuro laboral queda ahora en suspenso. Es doctora en Ingeniería Industrial y profesora de la UPV.
La víctima, por su lado, supo que la suplantadora era Miren Larrion «poco antes de ampliar la denuncia» de la desaparición de su DNI. En ese momento, la exportavoz le explicó por teléfono que se había encontrado su cartera «en el suelo» de la sede de EH Bildu, situada en la calle Postas, y que había creado una cuenta bancaria a su nombre para contratar un viaje como regalo a ella y a su pareja.
La Ertzaintza considera que la tarde del 22 de diciembre, Miren Larrion aprovechó un descuido de la víctima para sustraerle la cartera del bolso, cuando lo dejó en una sala de acceso libre en la sede de EH Bildu en la plaza de Santa Bárbara. A la exedil, de hecho, le ocuparon el DNI, la tarjeta de Osakidetza, el carné de conducir y una tarjeta bancaria de su compañera de partido. También le requisaron una tarjeta con las coordenadas de la cuenta abierta con la identidad falsa y un recibo de unos 30 euros del alquiler del apartado de Correos.
Perfil
Miren Larrion se empeñó en llegar a la Alcaldía de Vitoria con un itinerario particular. Su papel fue clave para apartar a Javier Maroto (PP) como regidor en 2015, cuando dejó paso a Gorka Urtaran, entonces tercer candidato más votado. Doctora en Ingeniería Industrial y profesora de la UPV, trató de asaltar la Alcaldía en 2019 tras un breve paso por el Parlamento Vasco. Quedó tercera. Desde que estalló el escándalo, Larrion ha permanecido en silencio, a excepción de su breve explicación del 23 de febrero. EH Bildu tomó distancia con su candidata 'estrella' de inmediato.
La investigación apunta en estos momentos a California y a Madrid. La Er-tzaintza ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 3, sala encargada del caso Larrion, que contacte con el gigante tecnológico al que pertenece la cuenta de correo supuestamente abierta por la exedil y, también, con la compañía telefónica en la que contrató una línea de telefonía móvil. En ambos casos, la ahora sospechosa usó los datos de su compañera de filas.
Los contenidos de ambos terminales podrían aportar algo de luz sobre las razones reales que llevaron a la ya exlíder de EH Bildu en Vitoria a suplantar la identidad de la víctima, un misterio aún por resolver.
Se sabe, por ejemplo, que ese teléfono móvil estuvo activo entre el 13 de enero y el 24 de febrero. Sin embargo, se desconoce el número de llamadas o mensajes realizados. Y lo mismo sucede con los posibles remitentes. Respecto al email, básico para la apertura de la cuenta bancaria, se girará una petición formal a la sede californiana de la gestora del correo electrónico.
También permanece precintado el apartado de Correos contratado por Larrion. Medios policiales avanzan que «no llegó a ser utilizado» y «sigue precintado».
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