Francia evita ante Urkullu comprometer ninguna fecha para la conexión del TAV

La operación de sumar a otros territorios es clara. Urkullu, consciente del limitado poder de influencia de Euskadi si juega en solitario, quiere alinear a cuantos más actores mejor con sus objetivo de que las regiones de la periferia no queden aisladas, y ahí el TAV adquiere un papel esencial .

En la reunión con el embajador galo, según fuentes de lehendakaritza, Urkullu le ha trasladado la necesidad de «acelerar» la construcción del TAV, «en cumplimiento del compromiso con la Red Básica Transeuropea del Transporte». Jean-Michel Casa, por su parte, se ha comprometido a facilitar un encuentro con el ministro de Transportes galo para que el lehendakari le pueda plantear directamente sus propuestas. Sin embargo, en el encuentro ha evitado fijar ninguna fecha para la finalización del proyecto.

La reunión con el embajador francés era más que pertinente. Urkullu le había enviado días atrás una carta en la que le mostraba su preocupación por el retraso en el proyecto del TAV francés. La misiva surgió como consecuencia de la cumbre hispanofrancesa de Barcelona del pasado mes de enero en la que Francia se había comprometido con España a que la conexión sería una realidad en 2030. Posteriormente se supo que según se desprende del informe de la Comisión de Infraestructuras francés, todo apunta a que la conexión Burdeos-Dax no vería la luz hasta 2042 y el enlace con Hendaya y la 'Y' vasca carece de fecha de ejecución. De ahí la carta de Urkullu al embajador.

La respuesta llegó de manera indirecta el pasado domingo cuando el embajador declaró de forma contundente en una entrevista que «claramente por nuestra parte nunca se ha hablado de 2030,en relación con el corredor atlántico. En la cumbre de Barcelona se habló de un horizonte 2030, pero solo para el corredor mediterráneo. Pero nunca, en ningún caso, para el corredor atlántico. Eso apareció en un comunicado publicado por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, pero es un comunicado unilateral». En la reunión de hoy el embajador se ha reiterado en sus declaraciones al no haberse comprometido con ninguna fecha.

Por tanto, existen dos versiones sobre la mesa. La que todos daban por cierta hasta ahora, es decir, que el país vecino se había comprometido con el plazo de 2030 y la del propio Gobierno galo, que dice que de eso nada. Quien puede inclinar la balanza es Bruselas y parece que se alinea con la tesis del plazo de 2030. El portavoz de Transportes del Ejecutivo comunitario, Adalbert Jahnz, ya adelantó el mes pasado que la Comisión pedirá explicaciones por el retraso. «Es un asunto que seguimos con mucha atención y hemos previsto contactos técnicos con las autoridades francesas para aclarar algunos asuntos». De hecho, los documentos europeos sí establecen un horizonte 2030 para este corredor.

En esta línea de contar con el apoyo determinante de Bruselas, el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente de Nueva Aquitania, Alain Rousset, se reunirán próximamente con la comisaria de Transportes de la UE, Alina Valean, para trasladarle la preocupación de Euskadi y del departamento vecino por la situación.