'Thi Mai, rumbo a Vietnam', entre la comedia y el drama

Hay dos películas peleando entre sí en las tripas de 'Thi Mai, rumbo a Vietnam', el estreno nacional del fin de semana. Esta lucha interna se debe probablemente a la naturaleza de su directora, Patricia Ferreira, responsable de 'Los niños salvajes' o 'Para que no me olvides', sendos dramas que lucen en un currículum de interés que ha decidido abrirse a la comedia en una apuesta coral protagonizada por Carmen Machi, Aitana Sánchez-Gijón, Adriana Ozores y el popular Dani Rovira en un rol anecdótico que parece estar pensado para que su nombre luzca en el cartel, aunque ya se ha demostrado que no es un reclamo infalible.

La risa y la emoción chocan en manos de Ferreira, que traslada a imágenes un guión de Marta Sánchez, habitual en los créditos de series televisivas con tirón como 'Aída' o 'Allá Abajo'. Cuenta las tribulaciones de una mujer que recibe la buena nueva de que puede adoptar a una niña vietnamita. Sus dos mejores amigas le acompañan a su destino para cumplir con su deseo de ser madre adoptiva, un anhelo que alivia la pérdida de una hija en un accidente. El viaje a Asia trae consigo una retahíla de situaciones absurdas, incluyendo el choque de culturas.

Rodada durante seis semanas en el mismo Vietnam y dos más en Pamplona, 'Thi Mai, rumbo a Vietnam' va claramente a por la taquilla aprovechando la pegada de esas comedias españolas con rostros conocidos de la televisión que no siempre cumplen con las expectativas de recaudación.

Ferreira funciona mejor cuando se recrea en sus personajes, los mima y zarandea con ternura, desenvolviéndose en el drama. Por contra, los presuntos gags que buscan la complicidad del espectador resultan fallidos en gran medida. No obstante, lo que la directora no consigue con los chistes lo cubre con la descripción de los sentimientos, a veces encontrados, del trío protagonista, defendido con entrega y algarabía por un elenco artístico de reputada valía.

Reluce especialmente Carmen Machi en una clara defensa de la libertad femenina. El presumible desarrollo de los acontecimientos, entre la tragedia y el humor, y su evidente colofón se antojan virtudes para el gran público. La propia Ferreira ha afirmado en más de una entrevista que ha sido un sueño para ella filmar esta tragicomedia protagonizada por mujeres adultas, con lo cual debemos hacer desaparecer de nuestras cabezas la idea de que no casa aparentemente en su filmografía para entenderla y regocijarse en sus escenas. Por cierto, el músico getxotarra Fernando Velázquez, de carrera internacional, ha compuesto la banda sonora original.

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