Yo lo vi el domingo en la estación de autobuses de una ciudad del sur, usted lo habrá visto en alguna otra parte. Se acercó ... a mí cuando trataba sin éxito de sacar un billete de una máquina para ir a Málaga. Al principio, desconfié porque no llevaba uniforme de empresa; pero, tras comprobar que sus indicaciones eran certeras, me sentí muy agradecida. Llegó la hora del viaje, regresé a la estación y volví a ver al mismo hombre. En esa ocasión, portaba un recogedor. Supuse que era el encargado de mantener limpias la estación y las dársenas. Estaba rodeado por un grupo de personas que le hacía preguntas sin cesar porque allí no había nadie de la compañía de autobuses ni ningún punto de información abierto. Respondía con mucha paciencia, a pesar de no ser su función.
No llevaba capa, solo un recogedor, pero usted lo distinguirá cuando todas las ventanillas de todas las estaciones cierren definitivamente: será el único hombre entre las máquinas.
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