Un pobreza desigual
Euskadi es la comunidad con menor pobreza de España, con una tasa del 10%, la mitad de la media estatal del 20%. El IX Informe ... sobre Exclusión y Desarrollo Social encierra estas conclusiones paradójicas. El lacerante problema de la vivienda y la precariedad en el empleo están provocando índices de pobreza inéditos. La realidad vasca es, afortunadamente diferente gracias al sistema de prestaciones sociales, lo que resulta significativo. Esta desigualdad territorial merece una profunda reflexión porque también podemos ser sufrir, aunque en menor medida, un proceso de erosión de las clases medias. Los datos conocidos colocan a España en una de las tasas de desigualdad más elevadas de Europa, con un número de hogares que sufren la pobreza energética que dobla la media de la UE. Cuando el drama de la exclusión avanza, las clases media se ven progresivamente atrapadas entre un alza imparable de los costes de la vida y el estancamiento salarial, lo que hace que la sensación de abandono por parte del sistema aumente. Este desajuste provoca una pérdida de confianza en la democracia y la justicia social y la clase media pierde su papel amortiguador de las tensiones. No podemos permitirlo.
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