Errenteria | Iñigo Iglesias
El motorista errenteriarra llega «muy preparado» al comienzo de temporada y con las ideas claras. «Me llamaron para luchar por las victorias», afirma
En el horizonte ondea la bandera a cuadros. Se acerca la primera carrera de la temporada –arranca el 13 de mayo en Sachsenring– para Iñigo ... Iglesias (Errenteria, 2002) y quiere comenzar con buen pie, arrasando. El piloto errenteriarra se estrena en el Campeonato IDM con Kawasaki Alemania y tiene claro el objetivo: «ganar el campeonato».
–Lo primero de todo. ¿Cómo se encuentra Iñigo?
–Estoy muy bien, ya hemos terminado la pretemporada y siendo sinceros ha sido muy buena y eficaz. Empezó un poco más tarde por motivos personales, pero desde enero hasta el día de hoy he entrenado regularmente, sin descanso en ningún momento. Además he realizado entrenamientos nuevos con gente de nivel mundial como Ivan Ortolá, Manuel González... compañeros y amigos. He tenido la mejor pretemporada de los últimos años desde que entré en competición.
–Por tanto, ¿desconectó lo suficiente en Errenteria?
–Sí, aunque el final del pasado año fue complicado para mí, ya que en la última carrera del Mundial un compañero y rival falleció. Fue un palo, además lo viví más cerca porque fue un gran rival en 2022 con el que compartí muchas batallas en pista. Desde octubre que sucedió hasta enero me tomé un tiempo para reflexionar y decidir a ver qué iba a hacer con mi proyecto. Por ejemplo, me di cuenta de los errores que cometí en 2022, todo ello con el objetivo de crecer.
«Me decanté por competir en IDM. Era un proyecto ambicioso y con otra manera de trabajar»
–¿Este curso estrena nueva piel, no?
–Sí, lo bueno que es la misma moto, la Kawasaki Ninja 400. A final de año, el equipo donde milité los últimos tres cursos tuvo que disolverse por temas extradeportivos y en este momento llamé a Fabien Raulo, director de Kawasaki en Europa, y le comenté que necesitaba un hueco en algún equipo. Hubo varias ofertas, pero me decanté por IDM (Campeonato Internacional Europeo de la zona norte) con el equipo que había ganado en 2022. Era un proyecto ambicioso.
–¿Recuerda lo que le dijeron el primer día?
–¿Literalmente?
–Sí.
–Algo así como: «Iñigo, te queremos para ganar, para luchar por las victorias y por el campeonato hasta el final».
–Palabras mayores.
–Al final apostaron por mí porque ya me conocen de las carreras y saben que soy un piloto competitivo. El mercado alemán necesitaba un piloto punta de lanza para el proyecto de Kawasaki y las opciones del Mundial no eran viables para hacer los resultados que yo merezco.
–¿En qué ha notado el cambio de un equipo a otro?
–En la manera de trabajar principalmente. Vengo de un equipo italiano con un carácter mediterráneo y muy parecido al propio de España, con buen humor y una manera de enfocar los problemas. Ahora he entrado en un equipo alemán y la cultura no tiene nada que ver. La manera de trabajar es diferente, son más cuadriculados con el método de trabajo.
–¿Y la moto, sigue igual?
–La moto va muy bien, he hecho ya seis días de entrenamiento con ellos en Cartagena, Assen y Sachsenring. No solo me remito a las sensaciones, sino a los datos. En los tres circuitos me he quedado cerca del récord de la pista y eso no es fácil, pero teniendo en cuenta las condiciones de frío que ha habido en invierno pues estoy satisfecho. No estoy llevando la moto al límite de momento porque no lo necesito.
«No tengo fechas marcadas, ya que de siete circuitos a los que vamos, cinco son nuevos»
–¿La competición cambia algo?
–Vengo del Mundial desde hace tres años y ahora llego al IDM, el campeonato nacional alemán. A nivel de reglamento, de cilindrada y de potencia es exactamente la misma. La base del campeonato es alemana, pero a día de hoy es el campeonato nacional con más peso en toda Europa. Las carreras son en Alemania, Países Bajos, República Checa y Austria. Es un campeonato donde las marcas como Kawasaki, Honda, KTM e incluso Yamaha tienen un gran apoyo y una fuerza brutal. Ha sido un proyecto ambicioso para poder unirme a él y sacar grandes resultados con un equipo competitivo y a la altura de poder luchar por el campeonato.
–¿Qué fechas tiene marcadas en el calendario?
–Son siete pruebas dobles, catorce carreras. El formato es muy similar al campeonato del mundo y eso me da alivio porque sé que voy a estar preparado a nivel de gestión de entrenamientos y neumáticos. No tengo fechas marcadas como tal, ya que de siete circuitos a los que vamos, cinco son nuevos. Mi objetivo es estar delante en todas las carreras.
–¿Llega preparado?
–Siendo sinceros, llego muy preparado. Voy a ser un claro candidato al título. Lo tengo seguro porque los números hablan por sí solos. He estado muy fuerte en todos los test, me he comparado con otros rivales y he quedado siempre por delante. No va a ser fácil ni mucho menos, pero me veo convencido y no estoy relajado. Luego la suerte, los fallos y contratiempos pueden tener un gran papel en lo que sea el final de la clasificación. Fuerte me veo, tanto mental como físicamente y encima de la moto.
–Habla mucho de ganar... ¿Es el principal objetivo?
–Una vez que vayan transcurriendo las carreras se irá viendo, pero la idea es luchar por el campeonato. Para ello me ha fichado Kawasaki Europa, Kawasaki Alemania y mi equipo, RT Motor Sport.
–¿En qué aspectos pretende mejorar respecto a 2022?
–En los momentos débiles. Y eso pasa porque en aquellas carreras en las que no me encuentre tan bien no tire la toalla y vaya a por los puntos.
–¿Con qué sueña?
–Mi objetivo es volver al Mundial de Superbikes en la categoría 600. Tanto mis sponsors, como la gente que me apoya y yo hemos hecho este movimiento para intentar ser competitivos y dar el salto a 600, veremos si en el Mundial o en el propio IDM para de ahí llegar con más experiencia al Mundial.
–¿En la moto tiene pensado seguir subido?
–Por supuesto, eso no se pregunta (risas). Lo único que estoy pensando es en hacerlo bien y demostrar el nivel que tengo.
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