Mi coche ideal, ¿cuál es?

Quizás unos datos, para empezar, puedan arrojar algo de 'luz' a quien está en el momento de cambiar de vehículo. Según la Asociación de Fabricantes ANFAC, el pasado año se vendieron un total de 859.477 automóviles en nuestro país, siendo los SUV medios los más solicitados, con un 27,4% de las entregas durante 2021. Le siguieron los SUV pequeños, con un 21,8%, y completaron el podio los utilitarios, que llegaron al 18,2% de pedidos. Por su parte, los modelos eléctricos supusieron el 2,68% del mercado; los híbridos enchufables el 4,18%, y los híbridos y microhíbridos, llegaron al 21,54%. Por lo que se refiere a Gipuzkoa, entre enero y diciembre de 2021 se compraron 7.624 turismos, un 19,6% menos que en el mismo periodo de 2020.

Las alternativas existentes: gasolina, diésel, microhíbridos, híbridos, híbrido enchufable, de gas natural o GPL, GNC, eléctrico 100%, o de hidrógeno hacen que las dudas de elección crezcan pues a la utilización habitual de cada conductor no le sirven todas las alternativas.

Varias son las medidas que se van a tomar en un futuro para la descarbonización en el mundo del automóvil. Muchas de ellas no se explicitan completamente, pero ya se ha dejado caer que, por ejemplo, a partir de 2040 se dejarán de vender coches nuevos diésel, de gasolina e híbridos. Así las cosas, a partir de ese año -estamos en 2022- solo se podrá utilizar la propulsión eléctrica y la pila de combustible. También se prevén medidas para potenciar la movilidad urbana ecológica en los municipios de más de 50.000 habitantes en 2023. Esto lleva aparejada la creación de zonas de bajas emisiones (ZBE) en dichas localidades, como las que ya están vigentes en ciudades como Madrid y Barcelona.

En lo referente a Gipuzkoa, dicha medida deberá ponerse en marcha en dos poblaciones: San Sebastián e Irun.

Conocida a grandes rasgos por dónde va a ir la legislación, quizás es el momento de hacer un repaso a las alternativas de propulsión que se ofrecen en el mercado actualmente.

Han aguantado muy bien el paso del tiempo gracias a la tecnología aplicada en sus motores, mucho más eficientes, y han subido sus ventas por el ataque de diversas administraciones públicas al diésel. Para su adquisición hay que plantearse los kilómetros anuales que se van a recorrer y, generalmente resultan una buena elección cuando el kilometraje anual está alrededor de los 15.000 kms. Son los que mejor precio tienen, pero también consumen más. Van estupendamente bien realizando frecuentes trayectos cortos, pues son motores muy ágiles y ligeros. Llevan etiqueta C de la DGT.

Aunque se ha puesto entre las 'cuerdas' a este tipo de motorizaciones por cuestiones ¿medioambientales?, está demostrado que la eficiencia y rendimiento de los actuales propulsores diésel es de lo mejor del mercado. Otra cosa es lo que se refiere a los motores diésel antiguos...

Hoy día se muestran muy eficaces, económicos y muy equilibrados. Normalmente, si se van a realizar más de 15.000 kms, es la motorización más aconsejable, aun estando, actualmente, los precios de los combustibles prohibitivos. Se desenvuelven muy bien en trayectos largos y a buena velocidad, todo ello con consumos contenidos. Con etiqueta C.

Los coches que se mueven con gas –Gas Licuado de Petróleo (GLP) o Gas Natural Comprimido (GNC)–, son vehículos de gasolina adaptados para poder funcionar con ambos combustibles. Tienen dos depósitos independientes, gas y gasolina, para una muy buena autonomía total. El coste de utilización es excelente teniendo en cuenta que el GLP tiene un coste medio por litro de 0'70€, mientras que el GNC oscila sobre los 0,90€, lo que supone un ahorro considerable en relación a la gasolina y el diésel. Etiqueta ECO.

Los coches híbridos –combustión y electricidad– son los que acercan a los conductores hacia el vehículo 100% eléctrico. Cada vez se venden más y, por tanto, los precios no son tan altos como al principio de su aparición. Usan un motor térmico que es apoyado por otro eléctrico en algunas circunstancias, con lo que se reducen el consumo y de las emisiones contaminantes. Además de eso, cuentan con beneficios fiscales y de movilidad en las grandes ciudades. Etiqueta ECO.

También denominados Plug-in, ofrece un motor de combustión interna, asociado a un motor eléctrico. Ambos motores pueden mover el coche por sí mismos y la parte eléctrica dispone de una batería de pequeño tamaño que suele tener una autonomía de unos 60 kms para recorridos urbanos.

La batería puede recargarse mientras se circula, o en parado enchufado a la red eléctrica, pudiendo usarse en eléctrico 100% en trayectos de corto recorrido. Una ventaja es que se puede elegir uno de los modos de propulsión, o la combinación de ambos. Etiqueta CERO (sólo PHEV con autonomía eléctrica superior a 40 km, prácticamente todos).

Es similar al enchufable, pero la batería no puede recargarse a través de la red eléctrica. Para ello utiliza el motor de combustión y un sistema de recuperación de energía cinética, que aprovecha las fases de frenada y desaceleración. La autonomía eléctrica es muy corta y sirve para reducir el consumo en recorridos urbanos. Etiqueta ECO.

Las tecnologías actuales que acompañan a los modernos automóviles precisan de mayor cantidad de energía, y los 12 voltios que eran suficientes antes ya no dan para toda la electrónica implantada en los vehículos. De ahí la proliferación de los sistemas de 48 voltios.

Ofrecen la capacidad de parar el motor de combustión, en situaciones específicas, para disminuir el consumo y las emisiones, como por ejemplo en frenada o desaceleración, aprovechando para almacenar la energía generada por el movimiento del motor 'en vacío'. Etiqueta ECO.

La afloración en los mercados de los eléctricos 100% es, y seguirá siendo, imparable ya que, parece ser, en ellos está el futuro de los vehículos en general. Todos los fabricantes cuentan, prácticamente, con un modelo totalmente eléctrico que se corresponde con alguno de los que utilizan combustibles fósiles. Es decir, su oferta es cada vez mayor, y la tecnología que se les implanta también mejora.

Aún sin contar, lógicamente, con un motor térmico, hay varios tipos que se encuentran actualmente en circulando por las ciudades.

Hablamos de ciudades porque, aunque ya las autonomías de las baterías están creciendo de manera concluyente y se dispone de más capacidad para recorrer mayor kilometraje, el gran problema de nuestro país es el de los postes de recarga, tanto en su cantidad como en su estado de funcionamiento. Quién esto escribe ya ha llegado a lugares con varios postes a disposición del conductor y resulta que varios estaban totalmente inactivos.

Exiten estos tipos de coches eléctricos:

1. Eléctrico de batería (BEV)

Este tipo de vehículo se mueve únicamente gracias a la intervención de uno o varios motores eléctricos alimentados por una batería que puede, y debe, recargarse directamente a través de la red.

La mayoría incorporan un sistema de recuperación de energía cinética para almacenarla cuando se realiza una frenada o desaceleración.

Su conducción no genera emisión alguna, más allá de la que se genera por la electricidad de carga que proviene de la red. Sus ventajas más evidentes son la ausencia casi total de ruido del motor, y una entrega inmediata y total de potencia, además de ser automáticos. Con etiqueta CERO.

2. Eléctrico de pila de hidrógeno (FCEV). Los vehículos de este tipo utilizan una pila de combustible de hidrógeno que no requiere energía de una batería, sino la de una reacción química que se produce en su interior. El hidrógeno se oxida perdiendo electrones que son capturados para generar una corriente eléctrica que impulsa el motor.

Con etiqueta CERO.

Pensamos que hemos dado una información suficiente para empezar a pensar en qué tipo de vehículo nos puede gustar más, y cual se ajusta a las necesidades y utilización que se va a hacer del mismo. A modo de resumen, podría servir lo que sigue:

Si no se quiere hacer un fuerte desembolso por un vehículo cuya utilidad sea, a grosso modo, hacer recados, ir a trabajar, realizar escapadas de fin de semana y algún viaje de manera esporádica –vacaciones de verano– lo mejor es un coche de gasolina.

Cuando los viajes, más o menos largos, forman parte de la vida cotidiana, con lo que los consumos contenidos, la fiabilidad y cierta dosis de potencia marcan una elección, quizás un vehículo diésel sea lo más correcto.

El híbrido podría estar indicado para aquel conductor que conduce habitualmente por ciudad y lo combina con algo, no demasiado, de carretera, y pretende utilizar muchos años el coche para amortizar el precio de adquisición.

Contar con la tecnología del futuro, poder moverse por ciudad y carretera indistintamente –buenas autonomías–, muy importante, tener a mano posibilidades de recarga (casa, trabajo) y, disponer de las cantidades que se piden en la compra, un eléctrico puede ser el coche ideal.