Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
Iñaki junto a tres de sus hijos la semana pasada en un sótano en el que se refugiaron con otros vecinos.

«Odessa es la perla deseada por Putin, me temo que va a ser peor que en Mariúpol»

Un lasartearra y su familia resisten en Nueva Odessa ·

Tras días de intentos bombardeos, Iñaki Rodriguez Jauregi han descanso en una noche «más tranquila e incluso con algo de calefacción»

Ane Urdangarin

San Sebastián

Miércoles, 16 de marzo 2022, 20:54

El guipuzcoano Iñaki Rodríguez Jauregi y su familia viven este miércoles una jornada de tensa calma. La noche en Nueva Odessa, el municipio al sur de Ucrania en el residen desde hace casi una década, ha sido «muy tranquila», si se compara con las anteriores, en las que incluso tuvieron que refugiarse en un bosque , con temperaturas bajo cero, huyendo de la amenaza de las bombas. Hasta han podido gozar de privilegios que aniquila cualquier guerra: «No ha fallado la electricidad, así que hemos disfrutado de algo de calefacción. Hemos dormido bien».

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Todo lo contrario a la no muy lejana Odessa, situada a 174 kilómetros del municipio en el que reside el lasartearra desde hace casi diez años con su mujer ucraniana y sus cinco hijos, de entre 18 y 5 años. «De Odessa no nos cuentan nada bueno», escribe por mail. «Está fuertemente defendida y la han bombardeado desde el mar. Me temo que va a ser mucho peor que Mariúpol. Es la perla deseada de Putin y no escatimará esfuerzos para conseguirla», dice confesando su temor. Después de que las tropas del Kremlin tomaran Jersón, a 110 kilómetros del pueblo de Rodríguez, Odessa, escenario del clásico 'El acorazado Potemkin', con su mítica y recreada escena del cochecito del niño cayendo por las escaleras, es otro de los objetivos prioritarios del sur.

La ciudad de Nikolaev, situada a escasos 40 kilometros al sur de Nueva Odessa, todavía resiste a pesar de que está siendo objeto de incesantes bombardeos. «Allí hay mucha resistencia pero se están acercando varias columnas de tropas rusas por el norte para aumentar el asedio a la ciudad» explica. «Una amiga es enfermera allí y nos ha contado llorando que hay muertos y heridos civiles, está horrorizada», cuenta de la situación de su ciudad de referencia, otro punto clave para controlar el sur de Ucrania y la salida hacia el Mar Negro.

Entre Nikolaev y Odessa se encuentran Iñaki y sus hijos. El lasartearra es diabético y aunque le dijeron que tratarían de que la Policía Militar Nacional le llevara las pastillas que hace días se le acabó, aún no lo han conseguido. «No hay medicamentos». Tampoco alimentos. «Aquí nadie reparte comida. Al principio sí, pero ahora es imposible», explica al referirse a la zona de conflicto en la que viven. «Esta mañana hemos estado sin luz ni internet. A ver cuánto dura».

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