El viento del suroeste empuja el humo del vertedero a los núcleos habitados
Durante el domingo la situación tiende a repetirse, con viento flojo-moderado de suroeste y «rachas fuertes y muy fuertes en zonas expuestas»
José Domínguez
Sábado, 15 de febrero 2020, 19:33
El viento no está ayudando nada a garantizar el buen estado del aire en el entorno del vertedero. Aunque este sábado la mayor parte del tiempo sopla de forma moderada, lo hace en dirección suroeste, lo que significa que empuja hacia el interior del valle del río Ego, en la cuenca del Deba, el humo del incendio originado por el contacto de las condensaciones de metano generadas por los residuos con el oxígeno tras el derrumbe. O lo que es lo mismo, las dioxinas y furanos que emite el fuego, que son hasta «50 veces superior» a lo habitual en un entorno urbano, siguen entrando en los núcleos de Zaldibar y Ermua y Mallabia sobre todo, pero también en Eibar, la otra localidad con mayor riesgo y donde el Gobierno Vasco ha pedido a la población medidas de precaución para reducir su exposición al aire como no ventilar las casas ni practicar deporte al aire libre.
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La situación, además, no tiene visos de cambiar en el corto plazo. Este sábado de hecho, los vientos flojos se van a combinar con rachas fuertes «y muy fuertes» según explica el Servicio Vasco de Meteorología Euskalmet. Si bien es cierto que última hora la dirección puede cambiar a noroeste y desviar la humareda hacia lo alto del parque de Urkiola. Lo malo es que el domingo la situación prácticamente tiende a repetirse, con viento flojo-moderado de suroeste y «rachas fuertes y muy fuertes en zonas expuestas», sobre todo durante la primera mitad del día.
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Ya para el lunes la previsión de Euskalmet en cuanto al viento varía para volver a ser moderada y del norte y hacia el oeste, es decir, hacia Urkiola, pero la amenaza de lluvia podría complicar un poco más la situación. Bajarían las emisiones a la atmósfera de los elementos contaminantes, pero preocupa, y mucho, a los responsables del operativo desplegado para apagar el incendio y rescatar a las dos personas desaparecidas en el derrumbe, porque podría dificultar la estabilización del terreno y elevar el riesgo de nuevos desprendimientos. Por eso los trabajos se están centrando en conducir los lixiviados hacia un colector, y encauzar las escorrentías para que no puedan discurrir por la escombrera.
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