Las víctimas de la avioneta del Hernio serán repatriadas al mes del siniestro
Las autoridades británicas han tardado tres semanas en enviar los perfiles genéticos de familiares para cotejarlos con los de los dos fallecidos
Los cuerpos de los dos británicos que perdieron la vida tras estrellarse la avioneta en la que viajaban contra el monte Hernio permanecen aún ... en la sede del Instituto de Medicina Legal de Gipuzkoa. La tardanza de las autoridades del Reino Unido en remitir los perfiles de ADN de los familiares de las víctimas ha impedido que los cadáveres hayan podido ser repatriados. Se espera que en las próximas horas se pueda llevar a cabo el traslado. Hoy se cumple un mes del siniestro.
La identificación oficial de los fallecidos fue dada a conocer el miércoles y tal como adelantó este periódico al día siguiente del siniestro, las víctimas son David John Hockings y Simon Moores. El primero era originario del condado de East Sussex, y el segundo, de Kent. En el momento del suceso se dirigían a Hondarribia, donde tenían previsto efectuar una escala en su vuelo de regreso a Reino Unido tras su estancia en Portugal por cuestiones de negocios. Ambos eran socios de una empresa aeronáutica.
Moores, experto en tecnologías y aviación y muy conocido en su país, relató en su cuenta de Twitter los detalles de su viaje. En uno de los mensajes reseñaba que existían «problemas» para repostar en Biarritz, por lo que decidió hacer la parada técnica en Hondarribia.
Minutos antes de la una de la tarde, el aparato, modelo Piper PA-28-201 Arrow III, matrícula G-OARI, se estrelló contra una pared rocosa del Hernio, a doscientos metros de la cumbre. Tras el impacto se desató un incendio. Una de las víctimas fue localizada la misma tarde del siniestro a unos quinientos metros de las bordas existentes en el paraje conocido como Zelatun, a 841 metros de altitud. El segundo de los ocupantes fue localizado al día siguiente, justo debajo de la aeronave.
Los cuerpos de ambos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Donostia, donde se les practicó la autopsia y donde todavía ayer permanecían, aunque todo parece indicar que en breve se procederá a la repatriación.
Durante todo este tiempo, tanto los médicos forenses del Instituto como el juzgado de Azpeitia y también la Policía permanecían a la espera de que desde el Reino Unido se remitieran los perfiles genéticos de familiares directos de las víctimas para certificar las identidades. En Donostia, ya se habían tomado las muestras de las víctimas, de forma que era necesario que desde las islas llegaran las de los allegados para poder cotejarlas y determinar científicamente, como es preceptivo en estos casos, que los fallecidos eran Simon Moores y David John Hockings, como se sospechaba.
Se confirma que son los británicos Simon Moores y David John Hockings
Las muestras llegaron el lunes desde el Reino Unido al laboratorio de la Ertzaintza
Fuentes próximas a la investigación señalan que el ADN de los familiares llegó al laboratorio de la Unidad de Genética de la Ertzain-tza el pasado lunes y 36 horas después, los especialistas policiales confirmaban las identidades de las dos víctimas.
A partir de ahora, los cuerpos quedarán a disposición de las familias que, seguramente, gestionarán el traslado a través de la diplomacia británica del País Vasco.
La avioneta sigue allí
Mientras se ultiman los trámites burocráticos, la avioneta continúa incrustada en la pared de rocas contra la que se estrelló. El aparato permanece sujeto por unos anclajes que fueron instalados por los bomberos y especialistas de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Er-tzaintza. Los restos serán retirados de la zona, probablemente durante la primavera o el verano, cuando las condiciones atmosféricas sean más estables.
Los técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) ya han incluido en su página web una «información provisional» con los datos básicos de lo acontecido aquel día. Recuerdan que la aeronave había despegado «a las 08.30 UTC (09.30 hora local en España) del aeródromo municipal de Cascais (Portugal) con destino el aeropuerto de San Sebastián. El vuelo se realizaba bajo las reglas de vuelo visual (VFR)».
Detalla asimismo que alrededor de la una de la tarde, el aparato se encontraba próximo al aeropuerto de Bilbao. Añade que la tripulación contactó «vía radio» con la torre de control de dicha instalación y que a las 13.10, el controlador transfirió la aeronave a la torre de control de San Sebastián. «Minutos después se perdió la señal radar, sin que la tripulación hubiera llegado a establecer contacto por radio con la torre de control de San Sebastián», señalan desde la Ciaiac, que recuerda que en los instantes posteriores se inició la búsqueda de la aeronave, cuyos restos fueron localizados en la ladera sur, «en un punto muy próximo a su cima. Los dos ocupantes fallecieron y la aeronave resultó destruida», concluye la información provisional de la comisión.
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