Incendio en Nochevieja en Errenteria

Los vecinos no olvidan el susto: «Menos mal que los bomberos actuaron rápido»

Todavía quedaban ayer rastros de la noche que dio inicio a un 2024 de mucho miedo e incertidumbre. El barrio amaneció frío, helado, como todavía estaban los primeros vecinos que se echaron a la calle. Unos y otros miraban a la fachada afectada por el incendio, algunos de hecho marcaban con el dedo índice a sus compañeros la marca ennegrecida en los pisos altos como consecuencia del fuego. «Para quien no se ha enterado de lo que pasó, seguramente pasaría desapercibido, ya que afortunadamente no ha ocurrido nada gordo y casi todos los vecinos han podido regresar a sus casas y seguir haciendo vida normal», declaraba Severio López cuando salió a pasear.

El tema principal en los pequeños corrillos no era otro que el del incendio de Capuchinos, sea en la cafetería J.M, frente al bloque afectado, como en la tienda de alimentación Anso. «Vaya comienzo de año hemos tenido», declaraba Anabel Jurado a la dependienta. «Menos mal que los bomberos actuaron rápido, si no, estaríamos hablando de una tragedia», confesaba. De la calle superior bajaban hacia el bidegorri Manu Soriano y su hijo Sergio, que vieron el fuego desde el bloque de al lado y tildaron el suceso de «alarmante». Aún ayer no se podían creer que, ya con el fuego desatado, un artefacto impactara contra el bloque. «Espero que de cara al año que viene o se prohíban o se vayan a un lugar donde no haya casas cerca», coincidían todos.

Lo que está claro es que ayer, aunque muchos vecinos y vecinas volvieran a la rutina del trabajo, aún se les notaba desconcertados ante el inicio de año que habían tenido. Sobre todo los que lo vivieron de primera mano y tuvieron que echarse a la calle para garantizar su seguridad. «A mí me daba miedo salir con mis hijos porque podía haber humo en los pasillos, pero uno de los ertzainas que vino nos garantizó un correcto y seguro desalojo», afirmaba una de las vecinas implicadas del portal 4 cuando acudía ayer por la mañana al mercadillo de la Alameda en Errenteria.

Sin contar con muchos detalles de lo que originó el fuego, Gabriel Beato todavía trataba de darle vueltas a la cabeza a lo sucedido la medianoche del domingo. «Estábamos deseándonos un feliz año entre los familiares y al poco sonó el timbre de que teníamos que salir de nuestras casas. Fue surrealista. No pensaba que era verdad», admitía el vecino. «Esta noche he tenido un mal sueño y me he despertado con el susto», indicaba, consciente de que ha sido una pesadilla que costará sacar de la cabeza.

Los ciudadanos del bloque pudieron leer en el portal la nota colocada por la Ertzaintza, en la que llamaban a todos los vecinos afectados por el incendio (debido a los fuegos, humo o agua) a presentar su denuncia en dependencias policiales, más concretamente en la Ertzain-Etxea de Errenteria y a ser posible con aportación de imágenes. Otros vecinos, sin embargo, miraban desde sus casas y por las rendijas de la zona de tendederos a la calle a los diversos medios que contaban la noticia. Atónitos, no se podían creer que fueran protagonistas del inicio de año.