Varios testigos señalan al acusado que está huido como el autor de la agresión

Uno de los testigos que compareció este martes fue un portero de la discoteca GU que estaba trabajando aquella madrugada del 26 de abril de 2019. Cuando llegó el cierre y estaban recogiendo, vio «una pelea en la pared del Ayuntamiento, y la víctima que estaba escapando hacia la puerta del Náutico. Le estaban pegando, se cayó al suelo, y recibió más patadas en la cabeza en todo». Sobre la fuerza de los golpes, aseveró que eran «patadas muy fuertes, la cabeza se le movía así y así (dijo moviendo la suya de lado a lado)». Del mismo modo, insistió como ya hicieron varios testigos en la sesión del lunes en que «no había chicos pegando a otros chicos. Solo recibía la víctima».

Aunque había «mogollón de gente y estaba recibiendo de varios», solo recuerda a un joven, «porque le tuve cara a cara». Se trata del argelino, el acusado que se encuentra desaparecido desde octubre del año pasado, cuando dejó de comparecer en el juzgado como tenía obligación. «Había una pareja que le estaba tranquilizando, estaba muy agresivo. Quería pegar más, por eso fui a pararle», relató el portero, que afirmó ver a ese joven «pegar patadas fuertes cuando la víctima estaba en el suelo. Y también lo vi pegarle de pie».

Sobre esa agresividad que mostraba el argelino también hablaron otros testigos. Uno de ellos un joven que le conocía y que salió con él de la discoteca. «Recuerdo que estaban seis o siete pegando y yo estuve separando y saqué al argelino para que se tranquilizara». De la misma manera, dos amigos de los cinco acusados que sí están siendo juzgados afirmaron que vieron todo lo ocurrido y señalaron al fugado. «En un abrir y cerrar de ojos, le veo al argelino discutiendo y es cuando cogió Santi y le metió un puñetazo. Y ahí es cuando le empezó a pegar y desgraciadamente pasó lo que pasó», dijo uno de ellos. Aseguró que le dio a Santi «puños, patadas, fue muy rápido todo, 'pam, pam, pam'. Le daba en la cabeza y en el suelo le dio una patada. Estaba ido, muy loco, muy agresivo. No quería parar».

Respecto a los otros cinco acusados, insistió en que «yo lo que vi es que solo el argelino estaba pegando. Los demás estaban alejados de la pelea». El otro testigo declaró que «Santi le pega un primer puñetazo y cuando miré le agarró del cuello y le propinó varios puñetazos. Santi cae al suelo y todavía tenía los ojos abiertos. Después veo la patada, rebota la cabeza de Santi contra la pared, veo que pasa algo grave, me acerco y cuando veo que no abre los ojos ni tiene pulso llamo a la ambulancia». De los demás dijo o que no participaron en la agresión o que intervinieron para separar al argelino de la víctima.

Por su parte, dos amigos del entorno de Santi que también prestaron ayer declaración aseguraron que las patadas que le dieron «iban a matar». Uno de ellos reconoció a uno de los acusados «yendo hacia Santi y echarse encima» junto con otro grupo de personas «que le empiezan a meter patadas y a ensañarse». El otro testigo insistió en que las patadas fueron «con violencia, como patear un balón de fútbol».

El juicio continua este miércoles con más testificales y declaraciones de agentes de la Ertzaintza.