Turistas rusos, a cuentagotas
La llegada de visitantes desde ese país se hunde un 74% respecto a 2019 por las sanciones tras la guerra, como el cierre de su espacio aéreo o la dificultad de sacar dinero
Casi todo son alegrías para el sector turístico guipuzcoano en este 2022 de récord. Pero como es habitual, existe la excepción que confirma la regla. En este caso, el borrón lo constituyen los turistas rusos. Su presencia en el territorio se ha hundido un 74,3% entre marzo y julio respecto al mismo periodo de 2019, último comparable. En esos seis meses desde que se produjo la invasión de Ucrania por parte de Moscú, apenas 932 ciudadanos del país más extenso del mundo han venido a conocer Gipuzkoa, una cifra irrisoria si se compara con los 3.627 que se contabilizaron en el mismo periodo del último año prepandémico. Respecto a marzo-julio de 2021, cuando se registraron 579 entradas de visitantes procedentes de la potencia eslava, han aumentado un 60%, pero las restricciones que había el año pasado para hacer viajes internacionales, sobre todo entre bloques políticos diferentes, hacen que la comparación no sea representativa.
Detrás de este desplome están las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania. Entre las sanciones que la comunidad internacional ha impuesto al régimen de Vladimir Putin y a sus conciudadanos por iniciar la guerra está el cierre del espacio aéreo ruso y las dificultades, cuando no imposibilidad, de sacar dinero del país o de los bancos en el extranjero. Sin conexiones directas con Europa y ante el temor de poder quedarse sin efectivo en medio de un viaje, los viajes internacionales de ciudadanos rusos se han recortado hasta niveles desconocidos.
Desde la invasión de Ucrania en febrero, se contabilizan 932 llegadas de rusos; solo en julio de 2019 llegaron más de 1.000
Una vez que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, no tardaron en sucederse las sanciones. Apenas tres días más tarde la Unión Europea anunciaba que todos sus Estados miembros prohibían a las aeronaves rusas «aterrizar, despegar y sobrevolar» el territorio comunitario. Además, siete bancos rusos eran expulsados del sistema Swift que facilita las transacciones financieras internacionales, y el propio Gobierno ruso aprobaba un 'corralito' por el que un ciudadano no puede sacar más de 10.000 dólares en efectivo en moneda que no sean rublos. Sin conexiones directas y con dificultad para manejar el dinero, son contados los rusos que se animan este año a salir de su país.
El debate de los visados
A diferencia de otros destinos turísticos, Gipuzkoa no es un lugar preferente para las vacaciones de los rusos, si bien en los últimos años antes del Covid la llegada de visitantes de aquel país llevaba una senda claramente ascendente. Aún y todo, Rusia representaba en 2019 un modesto 0,7% de los turistas. Un porcentaje que este año ha caído al 0,2%.
Desde que estalló la guerra, en marzo se contabilizaron 62 entradas de turistas rusos; en abril, 150; en mayo, 174; en junio, 237; y en julio, 309. En total, 932. A modo de comparación reveladora, solo en mayo de 2019 vinieron a Gipuzkoa más de mil turistas desde aquel país. Una cota que volvió a superarse en julio.
La situación no parece que vaya a mejorar mientras dure la guerra en Ucrania. Todo lo contrario, la Unión Europea debate estos días un endurecimiento de las condiciones para la entrada de turistas rusos a los 27 a través de nuevas limitaciones para la concesión de visados. Una traba que, en la práctica ya están aplicando países vecinos como Finlandia, Letonia, Lituania y Polonia. Incluso Estonia ha ido un paso más allá y prohíbe la entrada a su país incluso a los rusos que ya disponen de visados emitidos por sus servicios e intenta hacer lo mismo con aquellos que han conseguido estos permisos de otros Estados de la UE.
El debate está vivo y la cuestión se discutirá la próxima semana en un encuentro de ministros de Asuntos Exteriores de la UE convocado para el día 31 en Praga (República Checa). Las sanciones de la UE requieren la unanimidad de los 27 Estados miembros y los últimos paquetes de medidas han pasado con dificultades, especialmente por las objeciones de Hungría, que mantiene lazos con Moscú.
En esta cuestión España, donde el turismo ruso es importante en puntos como la Costa del Sol o la Comunidad Valenciana, ha mantenido hasta la fecha una posición intermedia. Acepta vetar los visados a una serie de colectivos, pero no a la población rusa en general.
Australia, otro mercado que no termina de recuperarse
Si Rusia representa el mayor desplome de visitantes este año en Gipuzkoa, con un 74% menos que en 2019, otro país relevante para el sector que no termina de recuperar los niveles de afluencia de antes de la pandemia es el australiano. En junio y julio se han contabilizado 2.693 llegadas de turistas de la potencia oceánica, un 45% menos que los 4.965 registrados en los mismos meses de hace tres años.
En concreto, según los datos del Observatorio Turístico de Euskadi (Enfokatur), en junio visitaron Gipuzkoa 1.202 'aussies' y en julio, 1.491. En 2019 fueron 2.544 y 2.421, respectivamente. La 'escasez' de australianos respecto a temporadas anteriores se dejó sentir especialmente durante la semana de los Sanfermines de Pamplona, destino prioritario para muchos de ellos que duermen en Gipuzkoa como puesto base o escala.