Josu Berra: «Estoy seguro de que el profesor de religión que abusó de mí lo hizo también con otros»
Víctima de abusos sexuales ·
El exalumno del colegio La Salle Herrera de Donostia afirma sentirse liberado tras denunciar el casoJosu Berra, el exalumno del colegio La Salle Herrera de Donostia, que denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte de su profesor de ... religión cuando contaba con 11 y 12 años, afirma sentirse liberado. Su sufrimiento se ha prolongado medio siglo y ahora se alegra de haber exteriorizado su experiencia a la vez que anima a personas que han vivido situaciones idénticas a que las denuncien. Berra manifestó que el religioso, al que identificó como «padre Ángel», le convocaba en la residencia de los hermanos donde le sometía a tocamientos mientras le «hablaba de Jesús».
- Han transcurrido veinticuatro horas desde que hiciera pública la denuncia. ¿Cómo se siente?
- Tengo la sensación de haber hecho lo que debía. Para mí ha sido una liberación, era como una luz que siempre estaba encendida dentro de mi cabeza y que nunca se apagaba. Pero al mismo tiempo, me he dado cuenta de que mi denuncia ha despertado las conciencias de otras personas que han pasado por situaciones similares. Veo que la gente que se está animando a dar el paso que yo he dado. Hemos sufrido una situación que no merecíamos.
- Algunas otras víctimas han contactado con usted?
- El mismo martes por la noche me llamó un conocido para decirme que también habían abusado de él, no el mismo colegio al que iba yo, sino en otro de Gipuzkoa. Me dijo que al verme, él también se había animado a contarlo. Ayer por la mañana estuve con él y le dije que tenía que seguir adelante, que este tipo de prácticas eran como una epidemia y que no estábamos ante dos o tres casos. Me ofrecí a ayudarle y a acompañarle a interponer la denuncia.
- Y sus vecinos de Errenteria ¿qué le han dicho?
- Al salir a la calle muchas personas se han acercado y me han transmitido su solidaridad y ánimo. Una de ellas a la que no conocía ha venido, me ha estrechado la mano y me ha dicho: eskerrik asko. Le brotaban las lágrimas. Al marcharse me ha dicho que él también había sido un niño abusado. He intentado retenerle para conocer mejor su caso, pero ni siquiera podía articular palabra y se ha ido llorando. Tenía más de sesenta años.
- ¿Qué le ha llevado a interponer la denuncia en el momento actual, medio siglo después de que sucediesen los delitos?
- Cuando empezaron a aflorar las primeras denuncias por abusos de sacerdotes a menores en Estados Unidos e Irlanda, volví a recordar mi experiencia. Luego surgieron los casos en Gipuzkoa y en Bizkaia. Y aun sabiendo que los hechos habían prescrito, me dije que no podía permanecer callado. Me pregunté: ¿y estos se van a ir de rositas?' Debía dar un paso delante y decidí denunciar para que la sociedad supiera la verdad y para que la gente que ha pasado por lo mismo se anime también a hacerlo. Este tipo de actuaciones no deben quedar en el cajón del olvido.
- ¿Cómo vivió a aquellas situaciones de abusos?
- No era consciente. Estaba como en una nube. En aquellos encuentros, el profesor me hablaba constantemente del amor de Jesús, del respeto a las personas... Pero mientras tanto, no dejaba de tocarme. En realidad, no me enteraba de lo que estaba sucediendo. Para mí eran unas caricias, era solo un crío de 11 años. El me decía que era una cosa entre Dios y nosotros.
- ¿Cuándo tomó conciencia de que había sido víctima de abusos?
- Con 18 años. Con anterioridad, ya fuera por el miedo o por el respeto que pudiera tener hacia un cura, no había dicho nada a nadie, tampoco en casa. Cuando alcancé la madurez me dije: 'pero si este ha estado abusando de mí'. En aquel momento se lo comenté a uno de mi cuadrilla. Lo primero que le dije fue: 'vamos y le damos un paliza. Es lo que en aquel momento se me ocurrió. Me sentía agredido, violentado... Pero mi amigo me disuadió. Comentó que íbamos a salir mal parados. Y ahí quedó todo. Desde entonces no se lo había contado a nadie.
- ¿El centro escolar se ha puesto en contacto con usted en estas últimas horas?
- No, nadie
- ¿Espera que lo haga?
- No quiero centrar los hechos en un colegio en concreto. No tengo nada contra La Salle Herrera. Situaciones como las que yo he sufrido se han dado en casi todos los centros. Si empezásemos a tirar de la manta, seguramente descubriríamos casos idénticos en prácticamente todos los colegios. No obstante, si los actuales responsables de La Salle me piden perdón o explicaciones, se las daré. No tengo nada contra la escuela. Lo que espero es que lo que denuncio no lo pongan en duda.
- Dijo que no sabía si el profesor que al que ha denunciado sigue en activo o ha fallecido.
- No quiero focalizar el tema en una única persona. El problema es general. Lo que pretendo es dar a una conocer una situación que no es aislada. Los abusos existieron. El profesor que abusó de mí, estoy seguro de que lo hizo con más gente. Lo que no sé es si esas otras víctimas van a denunciarlo. Que cada uno haga lo que quiera. Yo he actuado esta manera. Si deciden no denunciar, por lo menos que lo exterioricen. A unos les ha marcado de una manera y a otros de otra. Muchos casi no sentimos culpables y otros a veces se avergüenzan, como si hubiésemos hecho algo mal, cuando en realidad lo que somos es víctimas. Yo siento vergüenza solo cuando obro mal.
- ¿Siendo usted ya adulto coincidió alguna vez en la calle con el profesor denunciado?
- No. Cuando me marché del colegio, fui a Don Bosco y aunque solía ir a Herrera, hacía la vida en Errenteria. Además, posteriormente derribaron el centro para hacer la Variante de Donostia y el colegio se trasladó a la plaza de Ulía y no volví a verle. Pero el conocido que me llamó tras verme en los medios de comunicación, todavía se encuentra con su abusador por el calle. Le hierve la sangre cada vez que se cruza con él.
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