Un policía admite por primera vez que el arma que se ocupó a un amigo de Ibar no es la del crimen

Manzella compareció en la vista que se celebra en el tribunal de Broward County en Florida a requerimiento de la defensa. El agente lleva insinuando que en la casa en la que Pablo Ibar vivía con otros amigos había una pistola del mismo modelo que la usada en la comisión de los delitos con la que se habrían perpetrado los asesinatos. El arma pertenecía a un tal Hernández y, según había declarado, todos sus compañeros de piso conocían de su existencia e incluso la habían manipulado, lo que no significa que se usara en un delito.

Manzella afirmó que tras la intervención de la pistola, se realizó con ella una prueba de balística que confirmó que no se trataba de la misma que se uso para matar a Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers en 1994 en un chalet de Miramar, cerca de Miami.

Este reconocimiento permitió al jurado ver que las manifestaciones realizadas por el policía Manzella han estado plagadas de contradicciones y encaminadas exclusivamente a incriminar a Pablo Ibar, toda vez que era el único sospechoso que tenía al alcance y al único que investigaron.

Por otro lado, un perito de la defensa especializado en ADN desacreditó el informe del creador de un programa informático según el cual no había duda de que el rastro genético hallado en una camiseta era de Ibar.