Un poco menos
Plaza de Gipuzkoa ·
Todos recordamos dónde estábamos ese día. Yo celebraba mi cumpleaños, comiendo con mis hijas, mientras se desplomaban las torres. Hace 20 años cambió nuestra relación ... con el miedo. Desde entonces, cada vez que paso el control de un aeropuerto, siento que todos somos ciudadanos bajo sospecha. Una comunidad que se ve amenazada desarrolla nuevos temores.
A aquel miedo concreto se han sumado nuevos miedos íntimos, difusos, reflejo de la inseguridad a las que se ve expuesta una sociedad en continua transformación. Miedo a la tecnología, a la pérdida de la identidad, a lo que está por venir. Miedo a perder nuestro status de clase media, de país desarrollado.
Nuestros mayores combatieron al miedo con protestas, con ideología, con humor. Nosotros dormimos al miedo consumiendo. No es que seamos más dóciles. Ocurre que, cuando la sociedad siente que sus problemas tienen una solución compleja prefiere esquivarlos a combatirlos. En estos años hemos desarrollado un estilo de vida insaciable que siempre tiene hueco para un poco más. Una copa, un bocado, una calada más. Un poco más de labios, de megas, de bíceps. Una partida de play, un capítulo de netflix más. Un poco más nuevo, más grande, más ganga, más aparente.
Quizá por eso, este año pido, como regalo, un poco menos. Menos alarmismo, menos bilis, menos testosterona. Perdamos el miedo al m iedo, ese invento social con el que algunos nos controlan, otros nos manipulan y muchos están haciendo caja.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión