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Mikel Malcorra. ARIZMENDI
Mikel Malcorra | Director de Elkartu

«A las personas con discapacidad aún se nos obliga a ir por zonas muy peligrosas en las ciudades»

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Lunes, 18 de abril 2022, 07:48

No fue la causa del accidente, pero el atropello mortal que el viernes se cobró la vida de Imanol Reguillaga, un vendedor de cupones de ... la ONCE de Ibarra, mientras atravesaba en su silla de ruedas un paso de cebra sin semáforo, ha revelado un posible punto negro en seguridad vial. El paso en cuestión está precedido, en sentido contrario al que circulaba el coche que arrolló a la víctima, de una zona de aparcamiento en batería que dificulta ver si se acerca algún vehículo cuesta abajo antes de abordar el paso. Una dificultad que para las personas en silla de ruedas se torna en imposibilidad, al no poder ver por encima de los vehículos aparcados ni asomar la cabeza, lo que les obliga a enfilar la zona de cruce a ciegas, sin saber de antemano si se aproxima algún conductor que se los pueda llevar por delante. Mikel Malcorra, director de la Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Gipuzkoa (Elkartu), recuerda que «aún quedan muchos obstáculos en las ciudades» para este colectivo, al que «todavía hoy se nos obliga a ir por itinerarios muy peligrosos».

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– ¿Quedan muchos puntos peligrosos como ese paso de peatones de Ibarra?

– Por supuesto. Es cierto que en los últimos años se ha avanzado mucho en adecuación del diseño urbano, pero ni mucho menos está todo en condiciones y sigue habiendo carencias importantes en un asunto que trata de derechos y seguridad de una parte de la ciudadanía.

– Un ejemplo son esos aparcamientos antes de un paso de cebra que impiden la visibilidad. ¿Qué otros ejemplos hay?

– Uno clásico es la ubicación de determinadas plazas de aparcamiento reservadas. Sucede en ocasiones que al bajar del coche, el rebajo para poder subir a la acera está a varios metros y plazas más allá, con lo que al final tienes que desplazarte por la carretera hasta llegar a él, porque donde está la plaza reservada hay escalón. Por no hablar de cuando hay obras. Aunque la ley obliga a habilitar pasos alternativos adecuados a personas con discapacidad, muchas veces se hace un paso inutilizable por nuestra parte.

– Hace unos años sí hubo una especie de 'boom' en el que se hicieron muchas adecuaciones urbanísticas...

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– Cierto. La Ley vasca de Accesibilidad supuso un gran paso, pero data de 1997, hace 25 años. Y existe cierta sensación de que con las normativas actuales está el objetivo cumplido, y ni mucho menos. Con el agravante de que no siempre se cumple la ley y de que este es uno de los pocos ámbitos en los que incumplir la ley sale gratis. No hay más que ver cómo son muchos comercios y establecimientos hosteleros, edificios públicos, medios de transporte, viviendas y el propio entramado urbano. O que los ayuntamientos deberían aprobar un plan de accesibilidad cada cuatro años y la mayoría no lo cumple.

«No queremos itinerarios específicos para nosotros, sino únicamente poder ir por donde va todo el mundo»

– ¿Harían falta itinerarios específicos para facilitar la movilidad de las personas con discapacidad?

– No, nada de eso. Eso es precisamente lo que no queremos. Lo que se debería hacer es que todo el entramado urbano y de edificios sea accesible para todas las personas. Porque somos personas. Ni motos, ni patinetes, ni ningún tipo de vehículo... personas que por nuestras circunstancias necesitamos una silla para desplazarnos. Pero queremos poder movernos por donde lo hace todo el mundo.

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– ¿Tienen algún listado de puntos negros o situaciones especialmente problemáticas?

– No. Precisamente uno de los problemas a los que nos enfrentamos es la ausencia de datos y estadísticas para poder hacer diagnósticos certeros.

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