«Que nos devuelvan el dinero y con recargo»

Salvador Cuadrado llega como cada jornada al Polígono 27 de Martutene, aparca su camión, lo llena de mercancía y continúa su travesía. Y así varias veces en una misma mañana. Nadie le quita sus 115-120 kilómetros al día. Reconoce que es muy escéptico con la marcha atrás de la Diputación. «¿Si me parece bien que los quiten? Pues claro, pero habrá que esperar primero a que lo pongan en el boletín. Yo personalmente no me fío mucho de que vaya a salir, todo esto es política. Se dice una cosa y luego se hace otra». Este transportista, que atraviesa unas cuatro veces al día por alguno de esos pórticos de cobro, echa cuentas y no le salen.

«La mercancía hay que llevarla y traerla, si encima por llevarla, aparte de pagar los impuestos, la tarjeta, la viñeta, seguros, tienes que pagar por circular...». Sin embargo, reconoce que al que afecta directamente esta medida es a su jefe, que «está que trina. Dice que cada vez tiene el bolsillo más pequeño y que cuando afecte al otro bolsillo va a empezar a tomar decisiones».

Miriam Pérez lleva tan solo dos meses subida al camión y en todo este tiempo se las ha visto y deseado para tratar de eludir el máximo de peajes posibles. «En la medida de lo posible busco no pagar. Si tengo que venir al Polígono 27 prefiero venir por la carretera nueva que por Andoain aunque tarde un pelín más porque tenemos que pasar dos veces, ida y vuelta, y eso a final de mes supone un buen pellizco», reconoce. Celebra que la Diputación haya echado por fin marcha atrás en su posición respecto al canon sobre los vehículos pesados porque «los transportistas somos los únicos que pagamos y los que más perjudicados salimos». De no ser así, se plantea Pérez, «habrá que subir el precio de los portes, pero eso es lo que nadie quiere». Esta transportista, que trabaja en la empresa familiar de su padre, apunta que van a reclamar el dinero que han tenido que pagar en la N-1 y la A-15. «Nos comentaron que algo nos iban a devolver, otra historia es si lo hacen», señala.

Roberto Domínguez sostiene desde lo alto de su camión que pagar menos «siempre es una buena noticia» y eso lo sabe muy bien este transportista que a lo largo de una jornada laboral cubre unos 345 kilómetros de distancia. En total, su tráiler pasa por debajo de uno de los pórticos de cobro seis veces al día para cargar y entregar mercancía, un gasto que «asume el jefe» pero que «antes o después eso puede repercutirnos a nosotros también. Si la empresa tiene que pagar más, luego todo va en cascada». Lo que no ve «normal», dice, «es que tengamos que seguir pagando si los tribunales han dicho que esos peajes no son legales».

«Todo lo que sea quitar peajes y pagar menos es bienvenido», sostiene Adrián Hidalgo en una de sus muchas visitas al Polígono 27 de Martutene para cargar y descargar su camión. Admite que el tema del canon a los vehículos pesados no le toca de cerca porque ese dinero «no sale de mi bolsillo», pero exige a la institución foral guipuzcoana la devolución de ese importe. «Deberían de devolver el dinero que nos han estado cobrando irregularmente durante todo este tiempo y con recargo además».