Patricia Martínez De Musitu
La responsable de la división de 97 profesionales con sede en Erandio da máximo valor al proceso de preservación y custodia
El orden, la seriedad y el rigor son constantes del cargo que traslada primero a su conferencia en los Cursos de Verano de EHU y ... después a la entrevista. Su ponencia, perfectamente estructurada, se titula 'Las pruebas en el laboratorio criminalístico: preservación y custodia'. En el turno de preguntas una oyente discute su tesis sobre el riesgo del sesgo cognitivo y se postula favorable al olfato investigador.
– ¿Existe el debate entre la intuición y el rigor científico?
– Hay que diferenciar el trabajo de investigación y el de la Policía Científica. El olfato del investigador está ahí y claro que vale. Por eso los que llevan años son muy buenos. Pero en la Policía Científica trabajamos con el método científico. En la ciencia no vale el olfato, no valen suposiciones. No se pueden utilizar las pruebas para ir a confirmar una tesis previa.
– ¿Eso ocurre?
– En unas recientes convenciones sobre ciencias forenses en Dublin expusieron un experimento curioso en el que juntan a 133 patólogos forenses y les dan dos viñetas con los mismos datos médicos: el caso de un niño de dos años y medio, que llega al hospital inconsciente y fallece. Tiene fractura craneal y hemorragia. El cuidador lo ha encontrado.
– ¿Y bien?
– A la mitad les dijeron que el niño era negro y el cuidador era la pareja de su madre. A la otra mitad, que el niño era blanco y el cuidador, su abuela. Se les pedía que dijeran si se trataba de homicidio, accidente o indeterminado. 78 dijeron que era indeterminado. Lo interesante es lo que ocurre con los otros 55.
– Me tiene intrigado.
– Una mayoría de patólogos señalan como causa el homicidio cuando el niño era negro y la mayoría habla de accidente cuando era blanco. Ahí se observa un sesgo condicionado porque tenemos creencias, ideología, conocimientos previos que nos hacen suponer.
– ¿Es evitable?
– Lo que tenemos que hacer para ser imparciales es conocer que tenemos esos sesgos. No es significativo para mi tarea conocer la raza del niño o quién le cuida. Son relevantes la inspección ocular o datos médicos forense.
– Otro oyente, expolicía investigador, le ha preguntado por qué se desecha como prueba una huella que llega a 10 puntos y no a 12 aunque se esté seguro de que son de un determinado sospechoso.
– Son los estándares de calidad. Tú puedes decir que una huella pertenece a otra persona (al 99,9% de probabilidad) cuando entre las minucias de su huella y la encontrada en la escena del crimen hay doce puntos exactamente iguales. ¿Qué ocurre con diez? ¿Y si bajamos a nueve? ¿O a ocho? ¿Voy a condenar a una persona sin una garantía plena de que la huella es suya? Para estar seguro, para firmar un informe pericial, tienes que ser riguroso. Si el estándar de calidad dice que doce puntos...
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La Ertzaintza ha sancionado a 11 agentes por agresiones policiales desde 2020
– ¿Cuál ha sido la evolución de delitos en Euskadi?
– Desde 1990 la Policía Científica de la Ertzaintza ha atendido 96.000 casos. Hoy por hoy, la gran parte de nuestra base delicuencial son delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico: robo y hurto, también estafas. Ha aumentado mucho la ciberdelicuencia. En cuanto a los delitos graves, los que causan alarma social, es decir, agresiones sexuales u homicidios, no somos una comunidad con actividad alta. Pero a esos casos les prestamos especial interés. En cualquier caso, la Policía Científica trabaja en todos los casos. También en un robo, si se recogen huellas, nos las envían y las analizamos. Analizamos todo lo que nos hacen llegar los investigadores.
– ¿Con cuánta gente?
– Somos 97 personas en la central de Erandio, a lo que hay que sumar los equipos de inspecciones oculares territoriales en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Suma otras cien personas. Hace falta un año y dos meses de formación específica para ir a un homicidio y saber no destruir pruebas, no alterarlas o cambiarlas de sitio; saber cómo recoger, cómo embalar, cómo etiquetar... Todo para que la prueba sea válida. Sin rigor no puedes condenar a una persona. Hay que mantener el rigor en todo el proceso y en el informe.
– ¿Les ocurre, como en los juzgados, que no llegan a todo por sobrecarga de trabajo?
– Igual que los juzgados, tenemos alta carga de trabajo, pero analizamos todo lo que entra según entra. Intentamos dar respuesta a los delitos más recientes.
– ¿Cuáles son las pruebas más valoradas?
– Las que individualizan a la persona. La que más, el ADN. La voz también puede individualizar, así como la identificación facial, la odontología... En esos casos no decimos qué persona ha cometido el crimen, sino quién ha estado en la escena del crimen. Y luego hay otros estudios que identifican. Si hay una cerradura forzada, podemos decir, por sus trazas instrumentales, que ha sido con un destornillador con una determinada forma. La suma de los estudios que identifican puede ser igualmente válida.
– ¿Suele estar de acuerdo con las resoluciones judiciales?
– No tenemos que entrar ahí. Tenemos que hacer nuestro trabajo para auxiliar a los jueces y ayudarles a que realicen un mejor trabajo. Ellos absuelven o condenan. Nosotros tenemos que aportar todas las pruebas que podamos.
– ¿Le he hecho flaco favor la famosa serie CSI a la profesión?
– Hay cosas muy exageradas. No llegamos a ese nivel: ni nosotros ni nadie. No puedes llegar a la escena del crimen, ver la rodada del vehículo, sacar una foto y que te diga quién es el dueño. Pero bueno, la parte positiva es que series así hacen nuestro trabajo más visible: los conocimientos, la experiencia, el tiempo dedicado...
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