Mertxe Cruz: «Tenemos 228 alumnos con altas capacidades detectados en Gipuzkoa»
La presidenta de Alcagi defiende la necesidad de «proporcionarles un trabajo diferenciado»
Mertxe Cruz es madre y profesora. Sabe bien de lo que habla. Tiene tres niñas y las tres tienen altas capacidades. Por eso crearon ... Alcagi, la asociación de niños con altas capacidades de Gipuzkoa, donde están más de cien familias de nuestro territorio que tratan de impulsar soluciones para el mundo de la educación. Aquí van sus reflexiones.
-¿Cuántos niños con altas capacidades hay detectados en Gipuzkoa?
-228, 175 de los cuales son chicos. Es el territorio con más jóvenes con esta particularidad en Euskadi. Los expertos dicen que puede haber hasta un 10% de la población. Hay muchísimos más pero el problema que tenemos es que no están detectados. No se hace una prueba obligatoria en primero o segundo de Primaria, lo que podría ser un screening sencillo, que serviría para que no se escape ninguno. En San Luis Lasalle, por ejemplo, sí lo hacen en segundo de Primaria y en primero de la ESO.
-¿Qué significa alta capacidad? ¿Es lo mismo que ser un superdotado?
-No. A diferencia de Francia o Alemania, donde utilizan la palabra superdotado, aquí preferimos hablar de altas capacidades. Parece que el término superdotado es despreciativo. Aquí diferenciamos tres talentos. Puede haber un niño que tenga un talento simple, por ejemplo en matemáticas, y eso es tener alta capacidad. O puede ser un talento compuesto o complejo, que puede destacar en dos o tres áreas a la vez. Finalmente, está el superdotado, que destaca en todas las áreas.
-(...)
-Hay que tener en cuenta el coeficiente intelectual, otras pruebas de aptitud y la creatividad para que el test (denominado WISC-V) sea completo. Y la clave es que los dones que tienen estos alumnos se conviertan en talentos, porque si no los trabajamos se pierden. De ahí que sea obligatorio que los centros educativos hagan trabajo diferenciado para conseguir que esos dones se conviertan en talentos.
-¿Y porque están mal vistos?
-Puede haber bullying en cualquier alumno, no tiene por qué ser de alta capacidad, pero en estos niños se da una cosa curiosa. Al principio son líderes, organizan los juegos, cuentan historias y tienen un atractivo especial. Cuando llegan a Primaria, en cambio, la cosa cambia y pueden empezar a verlos como enemigos: 'éste sabe mucho', 'lo hace todo bien'... Ahí pueden empezar las envidias porque destacan. Y te voy a decir otra cosa.
-Dígame.
-Las niñas se ocultan más porque sienten esa necesidad de tener o mantener amigas. A veces nos preguntan por qué hay más niños que niñas detectados. Lo que pasa es que las niñas tienden más a esconderse. Con los chicos pasa más tarde, en ESO o Bachiller.
-Se lee entre líneas un mensaje de la importancia de no destacar ni por arriba ni por abajo para no sufrir. ¿No es eso desolador?
-Sí, es triste. Tienes que ocultarte muchas veces para que la sociedad te acepte. Si se normalizara la situación, como sucede con los que están por debajo de la media, como humanamente se hace, no pasaría eso. Es muy importante cómo le trate el tutor al alumno. Porque hay casos de niños que sufren porque el profesor no les trata cómo deben, y el resto de los niños imitan esa conducta. A mí me pasó con una de mis hijas.
-¿Está el sistema educativo de Gipuzkoa preparado para responder a este perfil de alumno?
-No, porque no hay formación. Desde nuestra asociación solemos ayudar a diferentes centros escolares a hacer enriquecimientos curriculares para que puedan dar trabajo diferenciado y, sobre todo, para sensibilizar al profesorado. El problema es que el profesorado no está preparado. No saben qué hacer. Tienen miedo porque es una situación que no controlan. Es normal, no hay que echarles la culpa a ellos. Pero desde Alcagi peleamos por tres cuestiones fundamentales: formación y detección obligatoria y becas. Un ejemplo a seguir es el San Luis Lasalle de Bidebieta. Ellos apostaron mucho por este tema y empezaron a formar a su profesorado. Idearon la 'zabaltze gela', aula de ampliación, y empezaron a trabajar con los niños una hora a la semana en temas de investigación. Porque estos alumnos necesitan un reto, así funcionan de maravilla.
-¿Qué mensaje le parece primordial subrayar?
-Lo más importante es proporcionarles un trabajo diferenciado. Son niños que necesitan retos para que no se aburran. Los expertos recomiendan que un 50% de su tiempo debería ser trabajo diferenciado. Por último, por falta de ayudas hay una fuga de cerebros. Cuando acaban sus estudios, muchos de estos chavales se van al extranjero a investigar con becas.
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