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La noticia, un hito para la historia de nuestra fiesta, la había dado DV el 12 de enero de 1980: «Kresala organiza una tamborrada femenina». En realidad, era mixta, pero lo importante era la incorporación de la mujer a la fiesta con un papel activo.
Como indicó Kresala entonces, «siendo nuestra Sociedad, por definición, Sociedad mixta, hace ya varios años que se planteó esta cuestión de dar en la tamborrada que organizaba la Sociedad una participación mayor a la mujer que el lugar de cantineras». Confiaban en que la innovación «será acogida con gozo y alegría, ya que se orienta a ampliar el sentido verdaderamente popular de nuestras fiestas patronales».
Lo del «gozo y alegría» quizás llegaría para algunos y algunas y acaso tiempo después. A las 7:30 de la mañana del 20 de enero de 1980 las aguadoras de Kresala se encontraron con un enorme microscopio.
Desde que se anunció el cambio no se había hablado en otra cosa en la ciudad. Y el día de su aparición, la expectación para observar la tamborrada mixta, y más concretamente a las primeras mujeres que percutían en barriles, fue tan grande que colapsó la calle Euskalerria.
El 22 de enero de 1980, tras al lunes 21 en que no se publicaba el periódico, Joaquín Ormaetxea escribió en DV...
«Muchos, demasiados automóviles frente a Kresala y bastante público ansioso de contemplar esa innovación introducida por la sociedad de la calle Euskalherria. Luego con más calma quien la vio en la Parte Vieja, pudo apreciar que los muchachos y muchachas, éstas entre los barriles, lo hicieron muy bien. Una novedad sobre la que ya se ha escrito mucho pero que, a pesar de los encontrados pareceres, pasará a la historia de nuestras fiestas».
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