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La calle de la memoria
1960 | Contra la 'carnavalización' de la tamborradaQué tal fueron las fiestas de 2025? Hace 65 años también hacían balance de la tamborrada de entonces.
En el DV del 22 de enero ... de 1960 daban una de cal y una de arena: «Han pasado nuestras fiestas. Con el elogio a los actos populares celebrados, y uno especial a la brillante Tamborrada Infantil de Euskal-Billera, tenemos que levantar nuestra censura a los gamberros que desconocen lo que es la tradición donostiarra y lo que significa y representa la víspera de San Sebastián».
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Llamada de atención tras las fiestas de hace 65 años. La fiesta tamborrera «nada tiene que ver con el carnaval llevado a los límites del gamberrismo. Ni sabemos la razón que existe para acicalarse gorros grotescos, narices y barbas postizas»
Antaño se usaba con mucha facilidad la palabra gamberrismo, que entonces la aplicaban también a quienes se empeñaban en hacer de la tamborrada una fiesta de Carnaval, o eso les parecía.
Escribían en 1960: «Que nosotros sepamos, nada tiene que ver esta fiesta con el carnaval llevado a los límites del gamberrismo. Ni sabemos la razón que existe para acicalarse gorros o sombreros grotescos, narices y barbas postizas, cascos de bombero o militares. Y lo malo de ello es que esta mala costumbre está arraigando en cierta juventud que ni conoce ni le importa nada las cosas de la ciudad y que desconoce todo lo que significa costumbres de un pueblo».
El otro día recordamos en nuestra 'calle de la Memoria' esta tensión, al apuntar que en 1965 se prohibió utilizar en la fiesta donostiarra caretas y elementos carnavalescos. Aunque la parodia carnavalera estuviese en el origen de la tamborrada, esta ya era otra cosa, con características propias. Sin embargo, para algunos ciudadanos los límites no estaban claros y aprovechaban para dejar asomar cierto desmadre carnavalesco entonces prohibido.
El 22-I-1960 afirmaban que «es de lamentar que vayamos perdiendo la conciencia de las cosas populares cuando, además, nos esforzamos en presentarlas gratas al mundo y aun superarlas. Bien está que se manifieste la alegría en las calles», pero «molesta que una legión de jovencitos sin noción alguna de lo que es una fiesta altere su carácter y trate hasta de imponerse con sus ruidos e intemperancias, con sus grotescas figuras que hacen perfectamente el ridículo y supone un anacronismo con el ambiente de la ciudad».
«Es un acto de gamberrismo que conviene estudiarlo para ponerle remedio en todo lo posible. Porque la víspera de San Sebastián nada tiene de carnaval y sí de alegría y bien humor».
Frente a estas consideraciones, muy de su tiempo, en el balance se elogiaba la Tamborrada Infantil. Y eso que todavía no había iniciado su expansión y seguía reducida al grupo de Euskal Billera.
«A destacar la Tamborrada Infantil organizada por Euskal Billera. Constituyó un éxito extraordinario y dejó magnífico recuerdo en el ambiente de la ciudad. Estuvo muy bien ordenada y los chavales actuaron con gran disciplina y precisión sobre los parches».
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