La calle de la memoria
1948 | Las puertas del Buen Pastor, «retrete público»En 1948 el templo del Buen Pastor aún era parroquia, que no catedral (alcanzaría tal rango cinco años más tarde, en 1953). Pero igual de ... irritante resultaba descubrir en su fachada manchas olorosas...
DV, sección 'Saski-naski', 3 de noviembre de 1948: «Ayer por la mañana, en la iglesia del Buen Pastor, hemos visto que en los quicios de las puertas de la derecha y central se habían realizado desahogos de urinario».
Lo decían finamente hace 75 años, pero el enfado era monumental ante los 'meados' en un lugar sagrado: «Y esto no se puede tolerar. Si lo hacen unos desaprensivos sucios, que no respetan ni el lugar, debe corregirse inmediatamente y los barrenderos deben apresurarse a limpiarlo».
1948
«Es una verdadera vergüenza convertir en retrete público las puertas del Buen Pastor», escribían hace 75 años ante la aparición allí de «desahogos de urinario». Se achacaba a una «mala intención», porque en la plaza ya había urinarios
Añadía Txibirisko que «esto, aparte de que debe sancionarse durísimamente a quien tal hace, sean personas mayores o sean pequeños; de aquí o de fuera. Es una verdadera vergüenza convertir en retrete público las puertas del Buen Pastor. No puede ser, aparte de incivilidad, este producto de una deliberada mala intención, pues, precisamente en esa plaza, existe un retrete público».
Bicicletas por las aceras
En la misma entrega de 'Saski-naski' de hace 75 años, criticaban a los conductores de bicicletas que en aquellos tiempos sin 'bidegorris' circulaban por donde no debían...
«También ayer vimos a un caballero amigo nuestro a punto de ser atropellado por un ciclista que iba tranquilamente por la acera, llevando en el manillar un cesto y una gabardina. Si nunca puede ser permitido el ir montado en bicicleta por las aceras, menos disculpa tiene ahora que han desaparecido las vías del tranvía en dicho lugar».
No era un caso aislado, que según señalaban «el mismo día, a primera hora de la tarde, otro ciclista, dependiente de alguna tienda, marchaba tranquilamente, sin que ninguna autoridad le dijera nada, por la calle de San Martín, y se metió por los jardines de la plaza del Buen Pastor, toreando a los transeúntes».
Remataban el comentario reclamando mano dura contra los conductores de bicicletas...
«Hemos pedido muchas veces, e insistimos ahora, en esta petición, que se den órdenes concretas a los guardias para impedir ese afán de los ciclistas de meterse en las aceras, ya que el peligro de los transeúntes es constante y se han producido ya muchos atropellos».
En la misma página del 3-XI-1948 aparecía una nota sobre otro tema muy distinto...
«La Junta de Agrupaciones de Ayuntamientos del partido judicial se reunió ayer bajo la presidencia del alcalde accidental, señor Chillida, acordando adjudicar las obras de derribo de la cárcel de Ondarreta al contratista don José Antonio de Grajiarena, por el precio de 183.250 pesetas, y con obligación de hacer el derribo en el plazo de seis meses».
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