Solemos pensar que la bioingeniería es moderna y, para algunos, entre los que NO me cuento, que es esencialmente mala, por ser poco natural.
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Hay ... ciertos grabados procedentes de la antigua Mesopotamia que muestran unos animales que tiran de carros de guerra. Los textos los llaman kunga. Durante muchos años ha habido la duda de qué es lo que eran esos kungas. Los grabados tienen 4.500 años de antigüedad. Los caballos llegaron a la región hace unos 4.000 años, por lo tanto, no se trata de caballos.
En un trabajo que ha durado diez años, y que acaba de ser publicado en la revista 'Science Avances' y cuyo primer autor es E. Andrew Bennet, se dice que el kunga es un híbrido, cuyo padre es un asno salvaje sirio, muy violento, y una burra domesticada.
El asno salvaje por su agresividad es difícil de manejar. Para conseguir el kunga los humanos de Mesopotamia tuvieron que realizar una auténtica bioingeniería. Tuvieron que capturar los asnos salvajes en Siria y lograr que hibridaran con burras domesticadas. El resultado era el kunga. Pero se trata de un animal estéril, como lo es la mula, cuya madre es una yegua y el padre es un burro doméstico. Al no ser fértil, cada espécimen es único. Cada ejemplar debe ser producido a propósito, en una tarea de bioingeniería antigua, nada sencilla, que es mucho más compleja que la domesticación. La bioingeniería es mucho más antigua de lo que solemos creer.
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