Oración 2024
Ahora que empieza un nuevo año sin que nadie sepa si terminará aún peor que este, quizá sea el momento de rezar por si en estos tiempos eso sirve para algo
Ahora que todo empieza. Ahora que todo sigue como antes. Ahora que arde el cielo con las llamas de los hombres y no de los ... dioses. Ahora que todos somos culpables de algo, que apenas quedan inocentes. Ahora que la música ha muerto aplastada por el ruido de la jauría humana. Ahora que los sentimientos los escriben las máquinas mientras se apagan los brillos en las miradas de los amantes. Ahora que por una palabra te linchan y por una frase te arrancan la cabeza. Ahora que el agua se escapa por los sumideros de nuestros ojos. Ahora que la tierra tiembla, que el aire se calienta, que se funde la roca en el fuego de nuestros pecados. Ahora que se ahogan los pájaros en el ácido de las nubes y en los mares palidecen sin remedio los delfines. Ahora que los granos de trigo ya no son dorados sino envases de plástico. Ahora que se derriten las medusas en la ponzoña de nuestros excrementos. Ahora que arde el tiempo y los días se aceleran para acabar derrotados en los muros de nuestras fortalezas. Ahora que los cuatro jinetes cabalgan desvalidos por el cielo sin nadie a quien matar porque otros lo hicieron antes. Ahora que se levantan los estandartes y bajo su sombra se despedazan los patriotas. Ahora que los generales siembran sus mapas de banderas de colores. Ahora que en este mismo instante acaba de morir un soldado en un punto diminuto de alguno de esos mapas. Ahora que los artistas esculpen en bronce las estatuas de los héroes con su mirada al frente, ceño fruncido, labios apretados y un fusil entre las manos, las efigies que no verán los hijos nonatos de los mártires. Ahora que en algún lugar aguardan los terrenos yermos donde se erigirán memoriales con los nombres de los caídos en preciosas letras doradas y una vez al año sonarán los himnos nacionales. Ahora que nadie sabe si existe alguna verdad a la que aferrarse para no ser arrastrado por la tormenta, que nada es cierto, que todo es una gran mentira, que ya no somos capaces de distinguir la realidad. Ahora que levantamos muros para ponernos a salvo de los desvalidos, no sea que enfermemos de humanidad y acabemos siendo buenas personas. Ahora que los presidentes disparan como posesos ráfagas de motosierras y las multitudes aúllan a su paso mientras persiguen a los buenos samaritanos. Ahora que ya no quedan espejos en los que podamos reconocer nuestras miserias. Ahora que los días se me escapan, que los años me alcanzan sin remedio. Ahora que he dejado de verte después de tanto tiempo, que ya no sé qué pensar de tu silencio. Ahora que no entiendo tu propósito, que no encuentro tus caminos inescrutables. Ahora que invocan impúdicamente tu nombre en las puertas de los partidos y te vuelven a pedir que derribes las murallas de Jericó. Ahora que no sé si alguna vez me has hablado, que quizás nunca he oído tu voz, que todo fue un espejismo, el eco de otros tiempos. Ahora que no sé si alguna vez llegaste a saber de mi existencia, si conociste mi nombre, si viste mi rostro en alguna parte, en alguna ocasión, en algún otro apocalipsis, cuando extendí mi dedo para rozar el tuyo y no llegaste a tocarme. Ahora que tu rebaño se mata a dentelladas y los padres devoran a sus hijos para no ser devorados por ellos. Ahora que se han perdido las certezas y no sabemos quiénes somos ni qué será de nosotros. Ahora que estás tan lejos, en algún lugar remoto, en algún olimpo donde pasas el tiempo jugando a los dados. Ahora, si es que existes, si es que alguna vez nos has mirado a los ojos y has visto en ellos algún rastro de bondad, ruega, oh Dios, por nosotros.
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