Guipuzcoanos en Marruecos
«El hotel ha temblado, pensábamos que nos moríamos»Guipuzcoanos que se encontraban esta pasada noche en Marruecos relatan los momentos de «miedo, tensión y caos» que han vivido por el terremoto
El terremoto de esta pasada noche en Marruecos, y que ya deja más de 1.300 fallecidos y 1.800 heridos, ha pillado por sorpresa a ... muchos guipuzcoanos que se encontraban en el país árabe pasando unos días de vacaciones. La tranquilidad y felicidad del viaje se tornó, en apenas unos minutos, en instantes de «miedo» y escenas de «tensión y caos».
Una de ellas es Oihana, irunesa que está de viaje junto a su familia en Marrakech y que se ha encontrado en el epicentro de la tragedia. «Estábamos en las habitaciones tumbados y a eso de las 23.00 horas ha empezado como un pequeño temblor. Todos hemos pensado lo mismo, que era un camión pasando, pero ha ido a más y se notaba cómo se movía todo de lado a lado».
Ellos están bien, muy nerviosos, esperando en el aeropuerto a regresar a casa. Tienen este sábado por la mañana un vuelo a Zaragoza y regresarán en coche a Irun. Miles de turistas como ellos están tratando de salir del país.
«Hemos salido con lo puesto a la calle pero con los pasaportes por si pasaba algo tenerlos a mano», relata, consciente de que en el fondo han tenido suerte de librarse de algo mucho peor, a la vista del balance de muertos y heridos. «Pensábamos que nos moríamos, todo temblaba, pensábamos que se nos venía todo encima», añade.
Una vez ha parado la tierra de temblar, han podido subir a las habitaciones y recoger rápidamente sus pertenencias. «Teníamos todo organizado, porque nos íbamos hoy a otra ciudad». Así que llamaron a un taxi y se dirigieron al aeropuerto. De camino, las imágenes de la devastación que no pueden ni podrán olvidar. «Había heridos por las calles, el hospital estaba rajado».
Idoia y Jonatan
«Estaba en shock, no sabía qué había pasado»
La donostiarra Idoia Barrio disfrutaba con su pareja, Jonatan Salazar, de su segundo día de vacaciones en el país. Arrancaron el jueves en la ciudad costera de Esauira y el viernes a última hora de la tarde llegaron a Marrakech. La jornada terminaba con ambos relajados tras cenar en el riad en el que estaban alojados, en plena medina. «Cenamos, nos tomamos una infusión y disfrutamos de la azotea del riad. Después nos fuimos a la cama a dormir». Pero la calma de la noche dio paso a momentos de tensión. «Estábamos con la luz apagada. Era una sensación súper rara, todo empezó a temblar, y iba aumentando de intensidad», relata esta joven de 35 años todavía con la voz algo agitada y cansada de no haber podido dormir en toda la noche.
«Lo primero que quise hacer fue salir de la habitación corriendo, pero mi novio me dijo que nos quedáramos bajo el marco de la puerta del baño y eso hicimos», cuenta. Asegura que el terremoto «apenas llegó a durar un minuto» pero que pasó «mucho miedo». Al poco rato subió a la habitación la gerente del riad, y salieron con ella a la calle «donde se escuchaban gritos y niños llorando». Por suerte están bien y sin ningún daño.
En cuanto se calmó un poco todo volvieron a por sus cosas a la habitación. Eran los únicos huéspedes aquella noche. La responsable del alojamiento les llevó en coche a un lugar apartado y despejado. «Nos costó salir de la medina, era un caos, estaba todo colapsado». Idoia recuerda que en esos momentos estaba «como en shock, no sabía qué estaba pasando».
En torno a las cinco de la mañana esta misma mujer les ha invitado a alojarse en su casa. «Se ha portado muy bien con nosotros. Aunque soy incapaz de dormir», reconocía a primera hora de esta mañana. Este sábado por la mañana tenían una excursión al desierto. «Nos han escrito para decirnos que el plan seguía en pie, pero nosotros no tenemos cuerpo ni intención de hacerlo», señala. De hecho, su intención es volverse lo antes posible. «Ya hemos mirado algún vuelo para poder volvernos».
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