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La novia, «un ángel de virtudes», «estaba encantadora». El novio «vestía el uniforme del Cuerpo de Aduanas». En 'La calle de la memoria guipuzcoana' de ... hoy viviremos una boda en la parroquia irunesa del Juncal al estilo de 1945.
Hace ochenta años, metidos en plena primavera, abundaban en Gipuzkoa las bodas y antes, las despedidas de soltero. En el apartado de 'Informaciones de la Provincia' de EL DIARIO VASCO, el 30 de mayo de 1945 coincidían dos referencias a despedidas. En Mondragón, «con motivo de su enlace con la señorita Azcoaga, nuestro particular amigo don Eloy Marteache reunió a sus amistades en un acreditado restaurante de la localidad».
Aquel mismo día daban cuenta de otra en Eibar con más detalle y muchos, muchísimos participantes…
Si a la despedida de soltero acudieron cuarenta amigos… ¿cuántas personas irían al banquete de boda?
En la edición del día siguiente, la del 31 de mayo de 1945, entre las 'Informaciones de la Provincia' de DV informaban sobre tres enlaces matrimoniales. Escuetamente, sobre dos acontecidos en Eibar, entre «la señorita Merche Urizar y don Diego Tellería», que aparecían en una pequeña fotografía (ella, como era frecuente entonces, no vestía de blanco), y de «el joven eibarrés Luis Larrañaga con la señorita Victoria Mayora».
En la crónica de Irun, que entonces utilizaba la cabecera de 'El Bidasoa', dedicaban abundantes líneas a hacerse eco pormenorizado de la tercera celebración, el «enlace Areses-Ibáñez de Opacua». ¿Les apetece que nos colemos en una boda irunesa de postín al estilo de los años 40?
Se unía en matrimonio, escribían en el estilo de la postguerra, una «pareja simpática por su trato, nimbado por arraigadas convicciones cristianas y patrióticas». Ella, María Carmen Ibáñez de Opacua y Larzábal, era «un ángel de virtudes», hija del fallecido jefe de los Miqueletes de Gipuzkoa. Él, Ramón Areses Pérez Hermida, era «un distinguido miembro del Cuerpo Pericial de Aduanas».
La boda se celebró en la parroquia del Juncal. Mari Carmen, «luciendo un precioso traje de moiré con velo de tul ilusión, estaba encantadora; hizo su entrada en el templo del brazo de su hermano y padrino don Miguel Ibáñez de Opacua, comandante de infantería. El novio, que vestía el uniforme del Cuerpo de Aduanas, daba su brazo a su madre y madrina, la señora doña María Pérez Hermida».
Ofició el sacramento matrimonial el reverendo padre Leonardo Urteaga, quien «dirigió a los contrayentes una elocuente plática». En la ceremonia, llamó la atención el 'Ave María' que cantó el barítono Antonio Estomba.
«Después de la ceremonia, los recién casados se trasladaron al Hotel Jáuregui de Fuenterrabía, donde tuvo lugar el almuerzo». El marqués de Linares y miembros del cuerpo de Infantería y del de Aduanas acudieron a aquella fiesta, tras la cual «los novios salieron para diferentes capitales españolas».
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