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El árbol de la ciencia

No tan imbéciles

La inteligencia fue la herramienta utilizada para convertirnos en la especie dominante

Domingo, 20 de julio 2025, 07:09

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Marco Aurelio, el emperador estoico, escribió en sus 'Meditaciones' que cada mañana se preparaba con estas palabras: «Me voy a tropezar con un indiscreto, un ... desagradecido, un envidioso, un insociable. Todo esto les sucede por su ignorancia del bien y del mal». A este listado, el polifacético periodista P. Aprile añadiría que también te vas a encontrar con un imbécil porque cada vez abundan más. Y no es por su ignorancia del bien y del mal, sino por la selección natural y cultural que sustentan la evolución humana. En este mundo sobreviven los más aptos porque son muchos o fuertes. Si son pocos o débiles la extinción está asegurada. En nuestros orígenes, los humanos no éramos ni muchos los más fuertes y la inteligencia fue la herramienta utilizada para sobrevivir y convertirnos en la especie dominante. Pero, para Aprile, la situación ha cambiado y la inteligencia es un lastre para el proceso evolutivo por su alto coste (hacer cosas inteligentes en beneficio de la humanidad es muy exigente). Por esta razón, la evolución premia al imbécil que se aprovecha de lo que inventan las cada vez más raras personas inteligentes, que, además, tienen menos descendencia. El imbécil tiene más posibilidades de sobrevivir y transmitir sus genes. En resumen, ser imbécil es una ventaja evolutiva y, por lo tanto, es el destino inevitable del ser humano. En su obra 'Nuevo elogio del imbécil', Aprile confiesa que comenzó a tomar en serio esta hipótesis tras entrevistar al etólogo y Premio Nobel K. Lorenz. Lorenz le puso en contacto con un filósofo con quien entabló un encendido debate epistolar que fue conformando su idea.

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