Test
Hay muchos desafíos que ponen a prueba una pareja. La enfermedad, un duelo familiar, un revés económico o una simple mudanza pueden trastocar el frágil ... equilibrio que sustenta una relación. Una pareja de amigos, cuando van a Ikea, se detienen en la puerta, se miran a los ojos y repiten en voz alta, «te quiero y prometo que ocurra lo que ocurra, aquí dentro, no nos afectará».
Yo creo que la prueba de fuego para medir la salud de una relación es hacer un viaje. Una ruta en coche, una aventura mochilera o una semana visitando una gran ciudad, si una pareja consigue sobrevivir a unas vacaciones puede encarar cualquier reto que se proponga. Una semana de viaje revela más sobre la persona que duerme a tu lado que un año de convivencia. Durante once meses es fácil camuflar los desencuentros. El calendario y las rutinas mantienen a cada uno a salvo en su burbuja de obligaciones pero cuando llega agosto es difícil esconderse en una habitación de hotel. Sin amigos, sin Netflix, pasamos más tiempo juntos y nos enfrentamos a decisiones e imprevistos que provocan desencuentros.
Viajar pone a prueba los noviazgos recientes y los matrimonios maduros. Si os encanta viajar juntos probablemente disfrutáis de una relación envidiable pero si estas líneas te han despertado la duda, el mejor test es hacer un viaje juntos. ¿Y si pasas las vacaciones deseando volver al trabajo? No eres el único. No es casual que uno de cada tres divorcios se produzca después del verano.
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