«Hay mucha gente esperando ejercer»

Médicos. La falta de facultativos se verá agudizada en el futuro pese a que hay profesionales. Pero son de fuera

Javier Guillenea

San Sebastián

Jueves, 14 de marzo 2024

He tenido mucha suerte», admite Patricia Abad. A finales de julio de 2022 llegó a San Sebastián y un año después ya tenía un contrato ... indefinido como médico de familia en la Fundación Matia. Muchos de sus conocidos y compañeros de profesión no han tenido tanta fortuna y permanecen a la espera de que su futuro se clarifique. Quieren trabajar en un país en el que faltan médicos, pero no pueden. Están en manos de la burocracia.

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La falta de médicos es uno de los grandes problemas de la sanidad vasca. Para el próximo año se prevé que en Gipuzkoa se jubilen 187 profesionales sanitarios de Osakidetza, cifra que ascenderá a 202 en 2025. Lo peor es que se jubilan más facultativos que los que se incorporan al sistema de salud. Osakidetza ha contratado ya a los seis primeros médicos extranjeros para hacer frente a las carencias de personal. Salud necesita especialistas en 52 ramas médicas así como enfermeras para otras tres especialidades. De momento, ya se han apuntado en las listas de contratación temporal un centenar de profesionales de fuera de la UE, de los cuales solo 20 poseen el título homologado, requisito imprescindible para formalizar cualquier contrato. En el territorio hay 166 facultativos extracomunitarios colegiados. Muy pocos de ellos tienen homologada su especialidad, por lo que solo pueden ejercer en clínicas privadas, no en Osakidetza.

Patricia Abad tiene 29 años y viajó a Sevilla desde la República Dominicana en noviembre de 2021 para hacer un máster de investigación. Dos meses antes había solicitado la homologación de su título en España. «Mis conocidos me decían que en España faltaban médicos, pero no sabía que era para tanto. Fui una vez al hospital y había colas, se notaba que no había personal. Para una cita de atención básica tardaban un mes, lo mismo que en mi país», dice.

Tras acabar el máster y a falta de tres meses para que caducara su permiso de residencia por estudios, leyó en un periódico que estaba a punto de entrar en vigor una ley para agilizar el proceso de homologaciones y decidió quedarse. Siguiendo el consejo de un amigo, en julio de 2022 se vino «a la aventura» a San Sebastián y una semana después ya había encontrado un empleo.

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«Un día salí a buscar trabajo por la Parte Vieja, empecé a preguntar por todos los bares si necesitaban a alguien y en uno me dijeron que en el Tambo buscaban personal». Al día siguiente ya estaba llevando y trayendo bandejas en la terraza del bar. «Yo nunca había sido camarera ni había pensado serlo, pero le dije a Iulene, una de las encargadas, que aprendía rápido», recuerda Patricia. Y también, confiesa ahora, le aseguró que tenía algo de experiencia. No mucha, pero algo.

En el bar, que recuerda con cariño, conoció a clientas habituales como Nini, que le habló del nuevo decreto de extranjería, y Pristu. «Me presentó a Asun, que fue quien me dijo que en Matia necesitaban médicos». En agosto de 2023 había obtenido por fin la homologación y en septiembre abandonó el Tambo para comenzar a ejercer en lo suyo.

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«Hay mucha gente esperando ejercer como médico», dice Patricia. Y muchos están «desesperados» por la lentitud de una Administración que no destaca por su rapidez en el examen de las peticiones, que están ordenadas según la fecha en la que se solicitó la homologación. «A algunos les piden documentos extra después de haber estado esperando dos años. Hay documentos que se pierden, otros que no se revisan y el proceso tiene que empezar de nuevo».

Mes y año

La fecha es como un segundo apellido para los solicitantes. Entre ellos se conocen no solo por el nombre sino también por el mes y año. «Yo tengo una amiga de diciembre de 2021 y aún esta esperando», dice Patricia. «Puedes pedir la homologación en cualquier sitio pero luego todo va a un ministerio de Madrid y allí se forma un embudo», se queja.

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«Ahora suena gracioso, pero estuve a punto de volver a mi país. En verano 2023 me dije que si no me llegaba la homologación me iba», dice Patricia. «En mi profesión si no ejerces pierdes práctica y conocimientos. Yo trataba de estudiar pero no podía porque estaba estresada. Tenía insomnio y taquicardias», afirma. Ella tuvo suerte, pero otros han acabado arrojando la toalla y han regresado a su país.

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Créditos

  • Textos Aitor Ansa, Miguel Ángel Mata, Patricia Rodríguez, Javier Guillenea, Jorge Sainz y Marcela Salazar

  • Fotografías Lusa, Jose Mari López, Lobo Altuna, De la Hera

  • Desarrollo Gorka Sánchez

  • Narrativa y gráficos Izania Ollo

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