La fiebre de la cerveza artesana

Es uno de los datos del informe técnico sobre el 'Estado de la cerveza artesana en Euskadi' que se presentó ayer en los Cursos de Verano de la UPV. Mikel Rius, de Beer Events, mostró los resultados del informe encargado por el Gobierno Vasco y Euskal Garagardo Elkartea.

En la elaboración del informe han colaborado las 24 cerveceras del País Vasco. 'Olañeta', 'Gar&Gar', 'Bidassoa', 'Zarautz', 'Mala Gissona', 'Basqueland', 'Gross' y 'Basabe' son las ocho marcas de Gipuzkoa. En Bizkaia hay nueve más y tres en Araba. Entre todas producen 292 cervezas artesanas diferentes, 125 de gama base y 167 de ediciones especiales. «La capacidad de crear productos diferentes es una de las características del mercado. La cerveza artesana es variedad», aseguró Rius.

Según los datos presentados por Rius, «el mercado se está consolidando, después del boom de crecimiento que tuvo en 2014. De cada cien cervezas, una es artesana. Es una cifra muy alta para Euskadi, teniendo en cuenta que su territorio no es muy extenso», apuntó.

La producción aumentó en 2014 un 101% respecto al año anterior, y un 161% en 2015. En cinco años ha pasado de producir 80.207 litros en 2013 a 1.252.513 litros en 2018.

Hace cinco años fue cuando más fábricas nuevas se registraron, un total de siete productoras de esta bebida. El doble de las tres que se crearon en 2013. «Después de la expansión de 2014, ya no están naciendo tantas empresas, sino que las que ya existen se están haciendo más grandes», explicó el gerente de Beer Events.

Según los datos del informe, siguen primando las pequeñas empresas con producciones inferiores a 25.000 litros. Solo hay tres productoras artesanas en Euskadi que superen los 100.000 litros de cerveza, cuatro entre 50.000 y 100.000 litros y seis con una producción más pequeña de entre 25.000 y 50.000 litros. «Tenéis mucha gente a la que dar de beber», advirtió Rius a los cerveceros asistentes al curso, respecto al ratio de 98.000 vascos que hay por litro de cerveza artesana, una relación muy amplia en comparación con otros países productores.

Javier Ortega, presidente de Euskal Garagardo Elkartea, abrió su negocio justo antes del auge del mercado. Fue en 2012 cuando decidió comercializar su propia cerveza en Donostia bajo el nombre 'Gar&Gar', por la que recibió la medalla de plata a la cerveza negra en el festival de Barcelona, una de las firmas más pequeñas en ser premiadas. En 'Gar&Gar' elaboran 15.000 litros al año que se distribuyen en el entorno cercano, tanto en bares, tiendas especializadas, como en grandes superficies. «Me encargo yo solo de la fábrica. De momento, no puedo dar trabajo», admitió Ortega. La cerveza artesana ha creado desde sus inicios 76 empleos directos.

El informe presentado por Mikel Rius también contempla la relación con la producción local. Según éste, más de la mitad de las cerveceras usan materia prima del entorno, el 26% de maltas y el 7% de los lúpulos fermentados son locales.

Este es uno de los aspectos que más valora el presidente de Euskal Garagardo Elkartea. Más allá del sabor característico de la cerveza artesana, lo que más le gusta de su trabajo es el «carácter rebelde e independiente que tiene el movimiento 'craft beer' (cerveza artesana)». Se basa en fomentar el consumo de materia prima del entorno, que la riqueza generada tenga impacto local y la preocupación por contaminar lo menos posible. En definitiva, «rebeldía contra las grandes compañías cerveceras», además de la «rebeldía del propio consumidor al elegir qué beber».

Ortega valora el informe positivamente «no solo por los buenos datos, sino porque nos pone luz y valor sobre una nebulosa de crecimiento. No sabíamos ni si estábamos en un 1% de cuota de mercado, y lograr un 2,1% es una buena noticia».