Según la FAO, la patata es el alimento básico de mil trescientos millones de personas. Saber cómo se originó es importante para desarrollar nuevas especies ... que ayuden a la alimentación mundial.
Durante años se ha tratado de descubrir su origen. Sabemos que es un híbrido, con madre de una especie y padre de otra. Pero no sabíamos quién era quién. El problema se complicaba porque la patata cultivada tiene 48 cromosomas, mientras que las «salvajes» presentan un abanico de entre 24, 36, 48 e incluso 72. Todo ello dificultaba saber quiénes eran sus padres.
En un artículo del 31 de julio, en la revista «Cell», cuyo autor principal es Sanwen Huang, parecen haber llegado a la respuesta definitiva. Hace unos nueve millones de años, hubo una hibridación natural. Es decir, una planta se cruzó con otra y dio origen a la patata. Nada que ver con el ser humano. Lo que contradice la idea generalmente aceptada de que la mutación fue por la domesticación. Lo sorprendente del estudio es que su madre es el tomate y el «etuberosum» el padre. Ambos tienen 24 cromosomas y dieron origen a un hijo con 24.
Lo extraño es que ni el tomate ni el «etuberosum» tienen tubérculos. Los tubérculos son lo que comemos. Pero el híbrido activó los genes del tubérculo. Tener una raíz gruesa, capaz de almacenar agua y nutrientes en una zona árida como los Andes, fue vital para su supervivencia. Y sobrevivió. Y hoy alimenta a millones.
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