Fany, la guipuzcoana que se salvó de una estafa en Airbnb
La plataforma de alojamiento descubrió el intento de engaño al contactar los timadores con la clienta y anuló la reserva, devolviendo el dinero a la mujer
Una situación similar a la de la familia Ferracin, que sufrío un timo con un apartamento falso en Hondarribia reservado a través de Booking, ... vivió en marzo Fany, una guipuzcoana que cerca estuvo de ser estafada por otro anuncio falso, esta vez en Airbnb, otro portal multinacional de alojamientos. A diferencia de lo que les ha ocurrido a los italianos con Booking, en este caso fue la propia plataforma la que detectó el engaño, avisó a la clienta y le reingresó el dinero.
Fany y su familia estaban organizando una escapada a Barcelona junto a unos amigos para asistir al partido que la Real Sociedad jugó contra el Barça el pasado 20 de mayo. Durante la búsqueda del alojamiento, encontró en Airbnb la casa perfecta para las ocho personas que componían el viaje. En el centro de la ciudad, con amplia terraza para que pudieran jugar los niños y a un precio algo inferior a la media. Se trataba de una vivienda con muebles antiguos y necesitada de cierta actualización, lo que «podría explicar que fuera más barata que otras similares. Al menos, eso fue lo que pensamos», explica.
Así que Fany hizo la solicitud para alquilarla, dado que en este portal no se reserva directamente; el propietario del alojamiento debe aceptar al cliente.
Hay que sospechar de precios inusualmente bajos, nunca pagar al margen del portal oficial y comunicar cualquier incidencia antes de actuar
Una vez realizada la petición, el supuesto dueño escribió a Fany a través de la aplicación interna de Airbnb, diciéndole que «antes de aceptarnos quería hablar conmigo para explicarme algún detalle del alojamiento. Y me facilitó un número de teléfono camuflado entre letras y signos (*6/1a9v5m...) para que le llamase. Una cautela porque Airbnb trata de evitar que propietarios y clientes contactemos fuera de sus sistemas para evitar fraudes y que pactemos el alquiler al margen de ellos».
Eso ya le extrañó. «Para explicar detalles del alojamiento no hace falta salirse del sistema de comunicación del portal. Pensé que lo que quería era cerrar el trato entre nosotros para ahorrarse la comisión», razona.
Por suerte, no llegó a llamar. Recuerda que «ese contacto se produjo un día por la tarde-noche, y a la mañana siguiente, cuando desperté, tenía un correo de Airbnb advirtiéndome de que habían bloqueado la prerreserva porque era una presunta estafa ya que el anuncio era falso. Y que ellos se hacían responsables del anticipo que había depositado y me lo devolvían, pero no de cualquier dinero que hubiera podido transferir al margen de su sistema».
Recomendaciones
Aunque no es experta en seguridad informática, sí es viajera habitual y conoce «bastantes casos» de intentos de estafa de este tipo. Por ello recomienda «no fiarse de los alojamientos inusualmente baratos; nunca dar dinero por adelantado fuera de los sistemas de los portales oficiales; tratar de verificar la existencia del alojamiento contactando, siempre a través de las plataformas, con el propietario bajo cualquier excusa: cómo llegar, horarios...; y comunicar cualquier incidencia o sospecha al portal antes de cancelar una reserva».
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