El Topo retoma su actividad pero los Cercanías de Gipuzkoa siguen suspendidos hasta nuevo aviso

Alrededor de 5.000 usuarios pasan cada día por la estación del Norte de Donostia para subirse o bajarse de un tren de Cercanías, Media o Larga Distancia. Un goteo constante de viajeros que contrasta con la imagen que ofrecía esta infraestructura ayer a media tarde: un vestíbulo prácticamente vacío de gente, una cinta impidiendo el paso por las siete validadoras de la estación, y un par de trabajadores que atendían detrás de la ventanilla a un puñado de personas con la maleta en la mano. El apagón eléctrico que sacudió ayer toda España y algunos países más de Europa impactó de lleno en el transporte público de Gipuzkoa, dejando a miles de viajeros sin tren.

El incidente afectó principalmente al servicio ferroviario de Renfe, que estuvo inoperativo desde el momento en que se produjo el apagón, en torno a las 12.30 horas y que, en el caso de los Cernanías de Gipuzkoa, sigue siguen suspendidos hasta nuevo aviso. Lo que sí que se ha recuperado este martes por la mañana ha sido el servicio de Larga Distancia hasta Madrid.

El apagón paralizó también al Topo, aunque Euskotren pudo retomar paulatinamente su actividad hacia las tres de la tarde.

El incidente puso en jaque al operador ferroviario estatal pasadas las 12.30 horas, dejando escenas inéditas: cientos de usuarios atrapados en los vagones. Adif, la entidad pública responsable de las infraestructuras ferroviarias, informaba entonces de «una incidencia general que afecta al suministro eléctrico» que interrumpía el tráfico ferroviario «en toda la red», y rogaba a todos los pasajeros con viajes previstos para la tarde «no desplazarse a las estaciones». Una situación inédita y dramática al mismo tiempo para muchos de los pasajeros que en esos momentos se quedaban con el billete en la mano y sin poder subir al tren.

Era el caso, por ejemplo, de Adele, a la que el apagón le pilló de camino a Donostia, donde ayer por la tarde debía coger otro tren con destino a Salamanca, donde estudia. «Vengo de París y he podido llegar a Hendaia sin ningún problema. Sin embargo, al coger el Topo nos hemos quedado alrededor de una hora atrapados en la estación de Ficoba. Hemos podido llegar al final hasta Amara, pero en la estación de Atotxa me han dicho que no hay trenes. Menos mal que tengo una amiga aquí en Donostia y me voy a poder quedar a dormir con ella. Espero que todo se solucione pronto», explicaba esta joven a la salida del vestíbulo.

Entretanto, Renfe informaba continuamente por megafonía de que la circulación de trenes, tanto de Cercanías como de Media y Larga Distancia, quedaba interrumpida hasta nuevo aviso. Allí se encontraban también las hermana Retegi, Leire y Ione, que pretendían subirse a un vagón en San Sebastián para regresar a casa en Legazpi. «Estábamos de compras cuando ha pasado el apagón. Nos han desalojado un rato, pero luego nos han vuelto a dejar entrar y hemos podido comprar sin problemas. Ya habíamos escuchado que no funcionaban los trenes, pero nos hemos acercado por si acaso. Estábamos mirando ahora cómo volver. Tendremos que coger el autobús o sino llamaremos a los aitas para que nos vengan a buscar», aseguraban.

Minutos antes de las ocho de la tarde Adif informaba de que los trenes de Media y Larga Distancia no circularían ya en lo que restaba de jornada, «con independencia de la evolución de la incidencia del suministro eléctrico». Mantenía abierta la puerta a la recuperación del servicio de Cercanías, aunque una hora más tarde confirmaba que también quedaban cancelados todos los Cercanías, al menos hasta hoy. Esta última red, tal y como aseguraron ayer desde Renfe, permitirá hoy el libre acceso a los viajeros cuando se retome la circulación. Por tanto, no será preciso adquirir billete, aunque se producirán controles de acceso.

Al caos inicial, además, se le sumó que muchas empresas mandaron a sus trabajadores a casa, lo que agravó tanto la situación del tráfico como la demanda de transporte público. Ocurrió, por ejemplo con el Topo, cuya actividad se vio también completamente parada hacia las 12.30 horas. A diferencia de Renfe, Euskotren pudo retomar paulatinamente el tráfico ferroviario con el paso de las horas. Después de una mañana caótica, en la que cientos de pasajeros tuvieron que ser desalojados de los vagones que se encontraban en recorrido, la línea volvió a rodar con total normalidad entre Deba y Hendaia minutos antes de las tres de la tarde. Es decir, prácticamente la totalidad de la línea en Gipuzkoa a excepción del tramo Deba-Eibar, que a última hora de ayer continuaba parada.

Fallaron también otros transportes por cable que Euskotren gestiona en Euskadi como son los tranvías de las otras dos capitales vascas o el Metro de Bilbao. También los funiculares o el Puente Colgante bilbaíno.

Descartada la opción ferroviaria, muchos guipuzcaonos optaron por el vehículo particular o los autobuses para desplazarse. En las marquesinas de los buses interurbanos de Luraldebus se formaron más colas de las habituales, especialmente en horas punta.

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