«No confiábamos en que detuvieran a los estafadores ni en recuperar el dinero»
La Ertzaintza arresta a cuatro personas por timar a estudiantes Erasmus por un portal inmobiliario en Gipuzkoa. Entre ellos, Leonardo. «Pagué 500 euros por una habitación que no existía», dice
Ocurrió en septiembre, con el comienzo del curso académico. Empezaron las clases en la universidad y los estudiantes extranjeros de Erasmus llegaban, poco a poco, a Donostia. Muchos tenían alquilada una habitación en el barrio de Gros, por la que habían adelantado 500 euros. Pero el piso no existía. Habían sido estafados. Se quedaron en la calle. Tenían que ponerse a buscar otro alojamiento, deprisa y corriendo, con los precios por los aires, tal y como adelantó este periódico, con el que hablaron dos de los afectados. Poco más de tres meses después, la Ertzaintza, en colaboración con la Guardia Civil, ha detenido a cuatro personas tras confirmarse su implicación en una red de estafas a estudiantes universitarios extranjeros a través de un portal inmobiliario en Gipuzkoa. «No confiábamos en que detuvieran a los estafadores ni en recuperar el dinero», reconoce Leonardo Cicarè, un joven de Trento que consiguió una beca Erasmus para comenzar sus estudios de Arquitectura en la UPV/EHU durante el primer semestre del curso y que ayer conoció la «buena noticia» a través de este periódico.
«Pagué 500 euros por una habitación que no existía. Estoy muy contento de que la denuncia haya dado resultado», asegura. El primero en acudir a la comisaría fue su compañero Alessandro, a quien el supuesto dueño de la habitación que había alquilado en Donostia le dio plantón a su llegada. Al poco, Leonardo hizo lo propio. Se enteró de lo que ocurría a través de Alessandro, el primero en destapar la estafa. Llegó desde Roma a Donostia para continuar también con sus estudios de Arquitectura con una beca Erasmus y se encontró con que la habitación que había alquilado no existía. El supuesto timador le escribió unos días antes de que fuera a llegar a San sebastián para decirle que le esperara en la estación de autobuses, en Tabakalera. Iba a ir a recogere, pero allí no apareció nadie. Tras llamarle y whatsappearle sin éxito, se acercó a la calle Peña y Goñi, donde supuestamente estaba el piso alquilado. Pero ni rastro.
Ambos habían sido estafados, al igual que una veintena de extranjeros que estudian en Gipuzkoa. El método empleado por los detenidos era incluir en un portal de alojamientos anuncios fraudulentos y solicitar a las víctimas una señal de 500 euros aproximadamente, siendo el perfil de las víctimas, preferentemente, estudiantes universitarios extranjeros.
«Debido a la calidad de la estafa, no teníamos grandes esperanzas en el éxito de la investigación»
Leonardo Cicarè
Estafado
Leonardo –al igual que Alessandro y el resto de víctimas– nunca hubiera imaginado que le estaban timando. Tras una larga búsqueda de alojamiento en la plataforma Idealista, dio con ese anuncio. El estafador le pidió su número de teléfono para enviarle fotos por Whatsapp e hicieron videollamadas para ver el piso. Pasó la fianza de 500 euros y firmó el contrato. Todo parecía legal. Desde que se formalizó el alquiler para este curso académico hasta el momento en el que tenía que llegar a Donostia mantuvo contacto continuo con el estafador. Pero la realidad es que, finalmente, cuando llegó a la capital guipuzcoana el 5 de septiembre, «no tenía habitación».
«Debido a la calidad con la que se llevó a cabo la estafa, no teníamos grandes esperanzas en el éxito de la investigación», reconoce. Sin embargo, ha finalizado con éxito y ahora espera tener su fianza de vuelta. La operación, denominada 'Aloka', llevada a cabo por la Ertzaintza, en colaboración con la Guardia Municipal de Donostia, se inició a principios del mes de julio, tras localizar hasta catorce denuncias en la Ertzaintza y cuatro en la Guardia Municipal, reportando hechos similares, informan desde el departamento vasco de Seguridad.
De las primeras investigaciones realizadas se obtuvo que una de las posibles personas autoras podría residir en la zona de Donostialdea, y finalmente fue detenido en Errenteria el pasado 25 de noviembre. Resultó ser un hombre de 26 años. El resto de las detenciones se practicaron el pasado jueves, en San Sebastián, y fueron arrestados otro varón de 27 años y dos mujeres de 23 y 24 años. Solo una de las personas detenidas contaba con antecedentes por hechos similares.
La investigación está abierta
Leonardo confía en que le devuelvan los 500 euros que dejó de fianza pero lo ve «bastante difícil». Sea como fuere, se conforma con «evitar que otros estudiantes sean víctimas de esta estafa el próximo semestre». La investigación por parte de la Er-tzaintza continúa abierta a la espera del análisis del material informático incautado en las entradas y registros practicados durante las detenciones.
Afortunadamente, tras pasar unas noches en un albergue en San Sebastián, Leonardo encontró un piso donde vivir su experiencia Erasmus en el barrio del Antiguo, muy cercano a las universidades. Pero de aquí en adelante estará más atento cuando tenga que reservar por internet algún alojamiento.
«La universidad debería hacer más para ayudar a los estudiantes que llegan de Erasmus. Somos las víctimas más fáciles»
Leonardo Cicarè
Estafado
Además, Leonardo pide a la universidad «más ayuda». Durante este proceso, los estudiantes extranjeros se han sentido solos, muchas veces sin saber a dónde acudir. «La universidad debería hacer más para ayudar a los estudiantes que llegan de Erasmus» porque, a fin de cuentas, «son las víctimas más fáciles para estos estafadores», se lamenta.
Los estudiantes Erasmus denuncian que la búsqueda de alojamiento en Donostia es muy complicada. Al no poder visitar en persona las casas que se muestran en los anuncios, dicen, son invitados a participar en una videollamada en la que se muestran las habitaciones ofertadas. El estudiante, cansado de buscar alojamiento durante meses, confía en el estafador, creyendo que la casa mostrada es realmente su futuro hogar, y paga un cuantioso depósito. El estafador se mantiene en contacto hasta el día de su llegada y luego desaparece. Además, critican la reducida oferta de alojamiento de San Sebastián, así como la carestía de la vivienda. Les gustaría que la universidad les «ayudara más».