Los cazadores siguen en huelga y denuncian la «inacción» de la Diputación

Los cazadores de Gipuzkoa llevan todo marzo de huelga, la primera de estas características convocada en el Estado. Tras estar parados durante un mes y haber dejado cerca de quinientos ejemplares de jabalíes sin cazar, la Federación Guipuzcoana de Caza, que agrupa a unos 20.000 practicantes, llama a manifestarse el 5 de mayo en San Sebastián. El objetivo es mostrar su «indignación» ante la «inacción y dejadez» de algunas instituciones, «en especial» de la Diputación de Gipuzkoa que, en su opinión, «ningunean» al colectivo.

La convocatoria de la marcha se aprobó «por unanimidad» en asamblea, así como por 110 sociedades y 69 cuadrillas de caza mayor guipuzcoanas, según explicó este miércoles el presidente de la Federación Guipuzcoana, José Ángel Zaldua. Los organizadores quieren reunir a más gente que en la manifestación del 15 de abril de 2018, cuando 10.000 personas recorrieron las calles donostiarras. En esta ocasión la marcha comenzará en el túnel del Antiguo y finalizará frente a la Diputación.

Hasta tomar la decisión de salir a la calle, los cazadores decidieron probar con una huelga que continúa a día de hoy y, según Zaldua, conlleva grandes consecuencias. Entre otras cosas, el cese de la actividad de los cazadores ha afectado a la caza mayor (jabalíes y corzo), «con las importantes consecuencias que conlleva ante la superpoblación de jabalíes, que afecta a todo el Norte de España». No solo a los agricultores, sino también «a la seguridad en las carreteras. Incluso se dan casos de presencia de estos animales salvajes en cascos urbanos». Pese a haber terminado la veda, Zaldua explicó que ahora, en caso de que algún agricultor o ganadero necesite alguna batida puntual, aunque esta sea autorizada por el Ejecutivo foral no actuarán.

Así las cosas, los cazadores se sienten «defraudados» y aseguran que ven «perjudicada» su actividad por la «pasividad» de las administraciones, pero también por «la deriva animalista de muchos partidos políticos» y, en concreto, por «el ninguneo» que sufren por parte de la Diputación en cuestiones de su competencia, como la emisión de las órdenes de veda o la falta de aprobación, desde hace cuatro años, de un nuevo convenio de casa mayor. Esta circunstancia coloca la actividad «en un limbo» que impide, entre otros aspectos, «fijar indemnizaciones cada vez que se produce un daño en campos agrícolas provocados por jabalíes, con los consiguientes perjuicios para los baserritarras».

Los cazadores también ven «amenazada» su actividad con la prohibición de caza en el monte Ulía. Según afirmó Zaldua este miércoles, una sentencia del Tribunal Supremo de 2017 consideró fuera de la legalidad dicha prohibición. Sin embargo, la Diputación, «lejos de acatar esa sentencia, trata de aplicar una nueva normativa que burla la decisión de los tribunales». La Federación Guipuzcoana ha presentado un nuevo recurso. «El mal ejemplo de Ulía se empieza a extender a otros municipios como Alegia o Astigarraga», añadió.

En un intento de encontrar soluciones, los cazadores se lamentan de haberse encontrado con unos partidos políticos «alineados con las posturas más intransigentes del ultraecologismo y animalismo radical y nada sensibles con el mundo rural, que tratan de aplicar estándares urbanos al ámbito natural».

Además, afirman que «si bien el Parlamento Vasco ha declarado la caza como una actividad respetuosa y compatible con la protección del medio ambiente, al mismo tiempo hay partidos políticos que quieren aprobar una nueva Ley Vasca de Protección Animal que puede acarrear consecuencias nefastas no solo para los cazadores, sino también para todos los propietarios de animales de compañía».

En este sentido, denuncian que a nivel estatal también «sigue sin dársele una solución al reglamento de armas, absolutamente restrictivo, y que dejaría a una parte importante del colectivo en casa». Zaldua cree que la Ley del Deporte, «que sigue la misma directriz de no tocar la caza en periodo electoral, eliminaría muchas de las modalidades que hoy conocemos».

La Federación defiende el valor de la caza social «como un ejemplo de la defensa de sostenibilidad y de la biodiversidad del territorio».