Los atendidos por Cáritas Gipuzkoa suben más de un 12% por la inflación y la guerra de Ucrania
La asociación ofreció apoyo a 17.213 personas el último año, la mayoría jóvenes migrantes y mujeres
Cáritas Gipuzkoa atendió el último año a 17.213 personas y 6.060 hogares, un 12,13% más que en 2021. La guerra de Ucrania ... y la inflación, así como la progresiva recuperación de los flujos migratorios, han hecho que esta asociación haya ofrecido apoyo a 1.862 personas más que el año anterior, según refleja su memoria de 2022. Bajo el lema 'Somos oportunidad, somos esperanza', el documento habla de un aumento de la pobreza en el territorio, que sobre todo afecta a «jóvenes migrantes y mujeres», ha explicado en la mañana de este lunes el director de Cáritas Gipuzkoa, José Ramón Aramendi, acompañado del secretario general de la asociación, José Emilio Lafuente, y la administradora y secretaria técnica, Kontxi Elexpe.
La continua subida de precios y la llegada de ucranianos huyendo de la guerra han marcado un antes y un después en Cáritas Gipuzkoa, que ha trabajado mano a mano con los refugiados que dejaban atrás su país por la invasión rusa. En 2022 los voluntarios de la asociación en el territorio atendieron a un millar de ucranianos, así como a miles de familias a las que la inflación les ha llevado a una situación de exclusión y vulnerabilidad severa, al no poder llegar a fin de mes.
El rostro de la pobreza tiene dos caras muy marcadas en Gipuzkoa. La primera la forman los extranjeros de entre 18 y 44 años que, en la mayoría de casos, son hombres y viven en la calle o en «infraviviendas». Son el 77% de los casos, si bien el 81% de quienes el año pasado acudieron a Cáritas Gipuzkoa eran migrantes, de diferentes edades y género. Así, las mujeres son el segundo colectivo que más apoyo socieconómico de Cáritas necesita en el territorio. «La tendencia de la atención social aumenta en el rostro de las mujeres migrantes», se lee en la memoria. En 2021 el 51% de los atendidos por Cáritas en el territorio fueron mujeres y en 2022, el 56%.
Desde la asociación lo tienen claro. «El género y el origen son los elementos de exclusión social que pesan», una realidad que se percibe en el conjunto de Euskadi, donde el año pasado se atendió a un total de 34.288 personas y la inversión en las ayudas económicas directas a las familias alcanzó los 6,9 millones de euros. En Gipuzkoa fueron 3,1 millones de euros.
Aunque «el rostro cambie, la pobreza sigue». Casi diez de cada diez hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentra en situación de exclusión. Y no solo eso. «La brecha de género se hace especialmente grave en los hogares monoparentales cuya persona al frente es una mujer», normalmente migrante. La incidencia de exclusión social roza el 32% en estos casos y se hace más intensa entre la población femenina menor de 45 años. Precisamente, «la tasa de exclusión de los menores de 30 años es 1,5 veces superior a la media y diez veces superior a la de los mayores de 65», según el informe presentado este lunes, que recoge que «el 80% de la población atendida por Cáritas Gipuzkoa es menor de 44 años».
Para hacer frente a esta situación, entre otras cosas, desde Cáritas Gipuzkoa ven «necesario revisar la ley de extranjería. Es innegable que una parte importante de la exclusión social está relacionada con el marco legal restrictivo». A esta causa, sobre todo en el caso de los migrantes, «se unen las dificultades de acceso a prestaciones públicas por falta de requisitos como el tiempo de padrón y la falta de red de apoyo social». También ha denunciado las dificultades para encontrar empleo o vivienda. «Es necesaria una oferta de vivienda social», ha defendido Aramendi.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión