Amaia Azkue, diez años en el recuerdo
Aniversario ·
Este martes 16 de marzo se cumple una década del asesinato de la oriotarra de 39 años, un crimen atroz que conmocionó a la sociedad guipuzcoanaEl 16 de marzo de 2011 dos vecinas de Azpeitia daban un paseo en los alrededores del embalse de Ibai-Eder cuando apreciaron restos ... de sangre reciente en el suelo que pensaron que sería de un animal. De regreso a casa se lo comunicaron a sus familiares, quienes acudieron al lugar y descubrieron el cadáver de una mujer flotando en el agua. Era Amaia Azkue, de 39 años, nacida en Orio pero residente en Zarautz, donde vivía junto a su marido y sus dos hijas, de 7 y 9 años. Cinco meses después, Ander Etxeberria, de 17 años, se entregó como autor confeso de los hechos. Había asaltado a Amaia para robarle y acabó con su vida, golpeándole la cabeza con una piedra y arrojándola después al embalse. Fue un crimen que conmocionó a la sociedad guipuzcoana y del que el próximo martes se cumple el décimo aniversario.
Aquel día Amaia despidió a sus hijas cuando se montaron en el autobús para ir al colegio y sobre las once de la mañana se dirigió con su coche al casco urbano de Zarautz. Realizó algunos recados, tomó café con una amiga y la madre de esta y tras hacer alguna compra más, volvió al coche y se dirigió al parking del supermercado Eroski. Allí, tras adquirir algunos productos en una tienda de iluminación, fue asaltada por Ander Etxeberria. Según recoge la sentencia de este caso, el joven portaba «una pistola de aire comprimido con apariencia real» y le obligó a introducirse en el coche. Una vez dentro, consiguió que la víctima le facilitara las dos tarjetas de crédito que portaba y sus números secretos, aunque, por causas que se desconocen, agredió a Amaia en la cara en dos ocasiones.
Ander asaltó a Amaia en Zarautz y tras robarle la golpeó hasta la muerte y la arrojó al embalse Ibai-Eder
Inconsciente pero viva, la víctima fue objeto de una nueva agresión, aunque la sentencia no pudo detallar dónde se produjo. Ander cogió una piedra y golpeó a la mujer en la cabeza en varias ocasiones, causándole la muerte. Después la ató de pies y manos y la arrojó al embalse Ibai-Eder de Azpeitia, localidad de la que era vecino el asesino. El móvil, según la jueza, fue el robo.
La investigación para conocer las circunstancias del crimen y dar con el autor de los hechos no fue sencilla y se prolongó durante meses. «Los ritmos policiales hay que entenderlos. La instrucción policial tiene que ser impecable, porque acaba en juicio. Teníamos diferentes escenarios que analizar», explica Hugo Prieto, subcomisario de la Jefatura de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza y uno de los responsables en la investigación del caso. «Todo el grupo de investigación lo recordamos porque hubo mucha implicación y empatía con la familia, nos tocó la fibra. Amaia tenía 39 años y dos niñas, y en ella veíamos reflejadas a nuestras mujeres o hermanas».
Los primeros pasos fueron analizar el lugar en el que fue hallado el cadáver y reconstruir los últimos movimientos de Amaia. Dos días después, la Policía halló el vehículo de Amaia estacionado cerca de la basílica de Loiola. Este presentaba restos de barro en las ruedas y en su interior se hallaron restos de ADN y algunas huellas. Sin embargo, no tenían ningún sospechoso con el que cotejarlo.
Tras cinco meses de investigación la Ertzaintza estrechó el cerco sobre el asesino y este se entregó
La Ertzaintza no tardó en descubrir que el asesino, tras abandonar el cadáver, condujo con el coche de la víctima al barrio de Aratz-Erreka, donde se deshizo de algunos objetos, entre ellos las sillitas elevadoras de las hijas de Amaia, y después se limpió las manos en la pila de agua bendita de la ermita, para acabar abandonando el coche en Loiola. Seguidamente, se dirigió a un cajero automático de Azpeitia y sacó 300 euros con una de las tarjetas que había sustraído a la víctima. Minutos más tarde lo intentó en otro cajero, aunque la operación fue denegada. Dos días más tarde intentó extraer dinero en una sucursal de Zarautz, aunque introdujo un pin erróneo. La Ertzaintza obtuvo la primera imagen del autor de los hechos de una de las cámaras de seguridad de un banco. No obstante, esta no era nítida ni permitía identificarle, aunque sí les aportó datos sobre su fisionomía.
Las semanas fueron pasando sin que se produjeran detenciones, pero la labor policial no cesó. «Había mucho material que analizar, como repetidores de teléfono, cámaras de seguridad, muchos hilos de los que ir tirando», explica el subcomisario Prieto. Pero fue uno de esos hilos, en concreto el cordón de una zapatilla con el que Ander maniató a Amaia, el que permitió dar con la identidad del responsable. «Indagamos en muchos comercios donde se había vendido ese modelo de zapatilla. Fue una de las líneas de la investigación que nos llevó a que el autor supiera que estábamos detrás de él», explica el agente.
Se entrega
De hecho, se personaron en el domicilio de Ander para comprobar si alguien en esa casa había comprado unas zapatillas de ese modelo. Tras confirmarlo, citaron al joven al día siguiente en la comisaría de Azkoitia. Ander se vio acorralado y esa misma tarde se personó en la Fiscalía de Gipuzkoa junto a su padre y su abogado y confesó ser el autor del crimen. Este ingresó en el centro de menores de Zumarraga, aunque meses después pidió comparecer ante la Fiscalía, donde se desdijo y aseguró que él no la mató, sino que fue otro varón que viajaba en el coche con Amaia cuando, según su versión, le recogieron haciendo autoestop.
Fue condenado a diez años de internamiento por asesinato con robo e intimidación
La Fiscalía de Menores de Gipuzkoa solicitó la pena máxima aplicable a menores,diez años de internamiento y cinco de libertad vigilada, la misma que pidió la familia de Amaia. El caso suscitó un enorme interés mediático y el juicio comenzó el 12 de marzo de 2012, un año después de que se cometiera el brutal crimen.
El acusado volvió a negar durante su declaración que fuera el autor de los hechos, pero la grabación de las cámaras de la autopista AP-8 desmontaron su versión de que en el coche viajara otro hombre. Tras varios días de juicio el caso quedó visto para sentencia y el 3 de abril se conoció el fallo. La jueza consideró inverosímil la versión exculpatoria de Ander y le condenó a diez años de internamiento y cinco de libertad vigilada por un delito de asesinato, y otros de robo, intimidación, sustracción de vehículo y contra la seguridad vial.
El asesino de Amaia quedará en libertad en junio tras 8 años y medio en Ibaiondo
El asesino de Amaia Azkue, Ander Etxeberria, fue condenado a diez años de internamiento en el centro de menores de Ibaiondo, en Zumarraga, ya que al cometer los hechos tenía 17 años, y a otros cinco de libertad vigilada. No obstante, el joven no cumplirá la pena completa en régimen cerrado, ya que en 2018 se le otorgó el régimen semiabierto y desde febrero de 2020 se encuentra en libertad vigilada, haciendo una vida prácticamente normal en su pueblo, Azpeitia. El próximo 24 de junio cumplirá con su deber con la Justicia y quedará en libertad total.
Los casi nueve años de privación de libertad los ha cumplido íntegramente en Ibaiondo, a pesar de que las acusaciones solicitaron en varias ocasiones su traslado a una cárcel de mayores. En 2014 la jueza de menores de Donostia revisó su situación, ya que al cumplir 21 años y de acuerdo con la legislatura en vigor debía ingresar en una cárcel de adultos. No obstante, la ley permite de manera excepcional que el infractor continúe en el centro de menores siempre y cuando responda a los objetivos de resocialización que fueron fijados en la sentencia. La magistrada permitió que siguiera en Ibaiondo, tal y como solicitó su abogado, el penalista donostiarra Bernardo Sebastián, ya que los informes del centro valoraban de forma positiva la evolución de Ander y consideraban que debía seguir en el centro para su completa resocialización. Asimismo, consideraron que su ingreso en una cárcel podría truncar ese progreso.
En esa vista, que tuvo lugar el 16 de julio de 2014, se produjo otro hecho importante. Tres años y cuatro meses después de matar a Amaia, Ander declaró por primera vez que fue él quien acabó con su vida, manifestó que estaba arrepentido por el crimen y pidió perdón a su familia y la sociedad en general. Su situación se revisó anualmente y la jueza permitió que continuara en el recurso para menores, donde ha permanecido hasta el año pasado.
En 2018 se le concedió el régimen semiabierto, en el que se le permitía realizar actividades educativas, formativas, laborales o de ocio fuera del centro, aunque siempre acompañado de un educador. El 10 de febrero de 2020 se produjo su puesta en libertad, tras la sustitución del tiempo que le quedaba por cumplir por una medida de libertad vigilada, que finalizará el próximo 24 de junio, cuando quedará libre. Fuentes consultadas explican que Ander, que en la actualidad tiene 27 años, lleva una vida «totalmente normalizada» y que se ha hecho «un gran trabajo» con él en el centro de menores de Ibaiondo.
Asimismo, Ander tiene una orden de alejamiento sobre la familia de Amaia Azkue, la cual estará vigente hasta el 29 de enero de 2022.
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