Álex García durante el traslado de la ambulancia al Hospital de Cruces. Yvonne Iturgaiz

Álex se recupera ya en Euskadi tras dos meses ingresado en Tailandia y un rescate de urgencia

Aunque su estado es «grave», pudo saludar a su llegada al hospital de Cruces, después de un operativo muy delicado que se ha prolongado dos días

Domingo, 21 de abril 2024, 18:19

Álex García ya está en Euskadi. La pesadilla ha llegado a su fin para este vecino de Lasarte-Oria y su familia. Tras dos meses ingresado por una pancreatitis aguda en una UCI en Tailandia, a las seis y veinte de la tarde de ayer aterrizó en el aeropuerto de Loiu en un avión militar medicalizado, culminando un operativo de extrema complejidad que ha durado dos días. Tras ser recogido por una ambulancia a pie de pista, cerca de una hora después llegó al Hospital de Cruces, donde, pese a estar en un estado delicado de salud, pudo alzar una mano como saludo y agradecimiento mientras le bajaban de la UVI móvil en una camilla.

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Nada más cruzar la puerta de este centro sanitario de Osakidetza, el hombre, de 36 años, fue sometido a diferentes pruebas. Al rato, el equipo de médicos intensivistas que de aquí en adelante va a tratarle concluyó que el paciente, que llegó «consciente» al hospital, «se encuentra clínicamente estable dentro de la gravedad del proceso abdominal que sufre desde hace dos meses», cuando fue diagnosticado de pancreatitis aguda mientras estaba de viaje en Tailandia con su mujer, la donostiarra Usoa Martínez. Tras dolores y vómitos, fue ingresado en un hospital de Chiang Mai, pero después de dos intentos frustrados de repatriación debido a su estado «crítico de salud», según su familia, fue trasladado al centro privado Samitivit Sukunbit, en Bangkok, desde donde salió ayer a primera hora de la mañana -3.55 hora española- rumbo a Loiu, donde aterrizó unas quince horas después.

Ha sido, en palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, «uno de los viajes más difíciles» que se han llevado a cabo en los últimos tiempos en el Estado, de la mano de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) del Ejército del Aire y del Espacio especializado en medicina y enfermería de vuelo. El equipo que ha atendido a Álex durante el vuelo y que se desplazó hasta Bangkok el viernes para traerle de vuelta estaba formado por once personas, si bien a su llegada al aeropuerto de Bilbao le esperaba una ambulancia de Osakidetza junto a otros tantos sanitarios del servicio vasco de salud. En la terminal de salida, su hermano, Javier, contaba los minutos para verle. Se había desplazado desde la localidad navarra de Peralta para darle la bienvenida y cerciorarse de que llegaba bien. Le acompañaron Bea, cuñada del convaleciente; y Carla, sobrina.

Durante todo el operativo, que tenía como momento más delicado la subida de Álex al avión militar, el enfermo estuvo acompañado de su madre, Tere, y su cuñada, Saioa. Desde que se confirmó su repatriación esta semana pasada, hasta que se culminó ayer, ninguna de las dos se ha separado de él. Tampoco durante el vuelo, un operativo que se preparó con todo detalle durante los tres días previos. «No podemos permitirnos ningún fallo. Necesitamos seguridad plena de que las Fuerzas Armadas, el Ejército del Aire y del Espacio y la UMAER le van a dar lo mejor al paciente. Estas unidades no fallan», aseguró antes de partir la teniente coronel médico Pilar Salvador, al frente de la operación.

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En el aeropuerto estaba todo preparado a la llegada de la aeronave. Siguiendo los planes trazados, una ambulancia de Soporte Vital Avanzado (SVA) del servicio de emergencias de Osakidetza ha esperado a Álex a pie de pista para trasladarle al Hospital de Cruces.

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Sueño cumplido

Desde que comenzó esta pesadilla el pasado mes de febrero, cuando Álex y su pareja, la donostiarra Usoa Martínez, estaban de viaje en Tailandia, su familia ha soñado con este momento, ya hecho realidad. La repatriación de Álex ha sido posible al tercer intento. Los dos anteriores, el 20 de marzo y el 12 de abril, se frustraron a última hora debido precisamente a su delicado estado de salud, con Álex ya en el aeropuerto. En la primera ocasión fue el piloto de un vuelo comercial el que antes de despegar obligó a bajar del avión a Álex y al médico que le acompañaba, quienes se disponían a regresar dentro de un proceso de repatriación organizado por la compañía con la que Álex y su mujer, Usoa, tenían contratado el seguro de viaje. La segunda vez el vuelo iba a producirse en un avión medicalizado privado que la familia había contratado. De nuevo ya en el aeropuerto, los responsables del traslado lo rechazaron a última hora argumentando que el estado del paciente era peor que el que decía el informe médico que sirvió de base para preparar el operativo.

A la tercera ha ido la vencida. El avión militar salió el viernes por la tarde de la base de Torrejón de Ardoz con cinco médicos y cuatro enfermeros y llegó a Bangkok ayer, hacia las siete de la mañana hora peninsular. En un primer momento, el equipo desplazado hasta Tailandia se retiró a descansar, después de un vuelo de casi quince horas. Pero al poco, una avanzadilla de cuatro efectivos de la UMAER se personó en el hospital Samitivej de Bangkok para evaluar el estado de Álex. Lo hicieron acompañados del embajador de España, Felipe de la Morena, según informó el corresponsal de 'La Vanguardia' en Bangkok, Jordi Joan Baños.

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Así ha aterrizado el avión medicalizado que ha traído a Euskadi a Álex GarcíaVer 8 fotos

La ambulancia a pie de pista a la espera de trasladar a Álex a Cruces. M. T.

Aunque estaba previsto que tomaran tierra en el aeródromo de La Paloma entre las siete y las ocho de la tarde, el aterrizaje se adelantó y para las cinco ya llegó la ambulancia de Osakidetza que se iba a encargar de trasladarle a Cruces, ante una gran expectación de los medios de comunicación.

Tras preparar la UVI móvil adecuadamente para el traslado correcto de Álex, el vehículo esperó al avión militar cerca de pista, para acercarse en cuanto la aeronave llegara. Aunque todo estaba dispuesto para recoger a Álex, la bajada del avión se prolongó algo más de media hora. No podía fallar nada. Y así sucedió. Llegó «consciente» a Bilbao, aunque «asustado», según los médicos que le atendieron, entre los que se encuentran el doctor José Luis Moreno y la doctora Marta Ugalde, ambos intensivistas. «La recuperación será larga», aseguran, aunque ya han trasladado un mensaje de tranquilidad tanto al paciente como a su familia, que está «más tranquila» al tener a Álex en casa después de la odisea vivida desde que el pasado 25 de febrero empezara a sentir fuertes dolores en el pecho y a sufrir vómitos que le llevaron a ingresar en la UCI de un hospital de Chiang Mai.

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Sigue en la UCI

De momento, en el Hospital de Cruces también ha sido ingresado en la UCI, a las siete y media de la tarde de ayer, «para continuar con su tratamiento». Pero tanto él como su familia están «más tranquilos» tras su repatriación. La decisión de que haya sido trasladado a al Hospital de Cruces se explica por la cercanía de este centro sanitario al aeródromo de Loiu, que facilita la rapidez del traslado. Se hizo en una ambulancia de soporte vital avanzado del servicio de Emergencias de Cruces, donde entre otros médicos se encontraba el doctor Moreno, que luego le atendió también en el hospital. El equipo de médicos intensivistas es el responsable de todo el proceso de tratamiento y seguimiento del paciente desde su llegada y a partir de ahora.

Álex y Usoa tenían contratado un seguro de viaje que cubría gastos médicos hasta 100.000 euros y «repatriación ilimitada» de una persona. Pero, tras agotarse esa cobertura hace un par de semanas, empezaron a hacer frente ellos mismos al coste hospitalario, que ascendía a 5.000 euros diarios. Sumados a los 221.000 euros destinados a la segunda de las repatriaciones frustradas, hacen un total de más de 260.000 euros a los que han tenido que hacer frente mientras Álex, natural de Basauri, continuaba empeorando en Tailandia.

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Apoyo

La pareja se había escapado a Tailandia para disfrutar de un viaje organizado y todo terminó en una pesadilla. Con el paso de los días Álex, ya hospitalizado, se encontraba peor, hasta que tuvieron que intubarle en estado «crítico. Su vida pende de un hilito», aseguraba Usoa en una entrevista a este periódico, mientras pedía a las autoridades que le trajeran de vuelta a Euskadi en un avión medicalizado. Ayer volvió a encontrarse con él y pudo respirar algo más tranquila tras verle consciente. La víspera había dicho en declaraciones a este periódico que estaba «nerviosa» y que no iba a descansar «hasta verle de vuelta».

Los últimos dos meses han sido «muy duros» para toda la familia de este vecino de Lasarte-Oria que, aunque no perdían la esperanza de que regresara a casa cuanto antes, veían cómo poco a poco se iba «apagando». De ahí que pidieran ayuda a las instituciones y que allegados de la familia pusieran en marcha un 'crowdfunding' a través del que han recaudado 114.445 euros en tan solo cinco días, hasta que decidieron paralizarlo. Los vecinos del barrio de Basauri donde ha crecido Álex continúan haciendo una colecta de fondos.

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