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Miércoles, 7 de noviembre 2018, 06:34
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El 'Aita Mari' sigue varado en el puerto de Pasaia. Hace tres meses que remodelaron este barco de pesca para convertirlo en un buque de apoyo y dedicarlo al salvamento marítimo de las personas migrantes que intentan alcanzar las costas europeas a través del Mediterráneo central. Sin embargo, el permiso del Ministerio de Fomento no llega a esta embarcación, que lo que sí tiene ya es al maquinista naval que le faltaba, aunque todavía busca uno más para que ambos se turnen la faena.
Ayer por la mañana, los responsables de la embarcación, encabezados por Iñigo Mijangos, recibieron la noticia de que por fin completaban la tripulación de 18 personas que va a ocupar el 'Aita Mari' y que el problema de carecer de maquinista estaba resuelto.
Pero no pasa lo mismo con el necesario permiso de Fomento. La Capitanía de Pasaia sí dio el visto bueno a la reforma del barco, pero falta el llamado despacho, que es a la postre el permiso para navegar. El 'Aita Mari' tenía pabellón español desde que era un pesquero y las gentes de Salvamento Marítimo Humanitario decidieron mantenerlo para ahorrar trámites y porque conocían bien la legislación de la Marina Mercante española. Aunque algunas fuentes aseguran que han barajado llegar a cambiar el pabellón por el de otro país, Mijangos lo niega, al menos de momento.
Lo que sí confirma es que han comenzado la campaña de recogida de firmas particulares a través de change.org, donde solo en un día recabaron 5.000 apoyos y ayer, a las 6 de la tarde, ya sumaban más de 7.000. «El lunes que viene iniciaremos una nueva campaña de recogida de apoyos, esta vez de instituciones y de plataformas ciudadanas, para demostrar a Fomento que tenemos respaldo, que la gente apoya la tarea que queremos emprender». Porque han esperado ya tres meses para tener una respuesta del Ministerio de Fomento. «Solo hemos obtenido silencio. Ni nos conceden ese despacho que necesitamos para solar amarras ni tampoco nos dan ninguna razón que justifique por qué nos lo niegan».
Mientras, el Mediterráneo se sigue cobrando vidas. Las autoridades españolas elevaron ayer a 18 el número de migrantes muertos el lunes intentando alcanzar las costas en precarias embarcaciones durante una tormenta, e informaron de que otros 17 están desaparecidos. Cien migrantes más lograron ser rescatados por los guardacostas. De los fallecidos, trece cadáveres fueron recuperados cerca de Melilla, y otros cinco, de Cádiz. La Guardia Civil informó de que los socorristas buscan todavía a entre 15 y 17 personas.
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