Hondarribia se desploma aún más tras la reducción de los vuelos a Madrid a partir de abril

La aerolínea que opera esta conexión ha reprogramado su operativa, y desde el 26 de marzo, según informa @donostiair, solo volará a Madrid cuatro días a la semana, los lunes, miércoles, viernes y domingos. Y su previsión a día de hoy es mantenerse así hasta el 1 de agosto. Un nuevo revés para los usuarios de esta ruta, muchos por cuestiones laborales, que llevan meses quejándose de la supresión del primer vuelo de la mañana que les permitía ir y volver en el mismo día. Y que han tenido que buscar alternativas bien en Bilbao o en Pamplona. A este recorte se añade además la decisión de Vueling de retrasar un mes más, hasta abril, la conexión suspendida con Barcelona.

Desde que comenzase la pandemia el aeropuerto donostiarra no hace más que recibir malas noticias. Su número de usuarios ha descendido en un porcentaje similar al que han sufrido el resto de aeropuertos del Estado, pero la diferencia, según el presidente del comité de empresa del aeropuerto, Emilio J. García, es que esta infraestructura no tiene quién la defienda. En 2019 pasaron por la terminal 340.440 usuarios, y el ejercicio pasado se cerró con 83.869 viajeros, un 73,8% menos. «Y los anuncios previstos para este 2021 nos hacen temer lo peor porque con la reducción de los vuelos a Madrid las cifras serán evidentemente más bajas, y a ver si se cumple el inicio de la ruta con Barcelona», señala García.

El primer estado de alarma el pasado marzo paralizó el tráfico aéreo. Hondarribia empezó a retomar operaciones a finales de junio. En julio recuperó un 22% de viajeros y en agosto consiguió 7.800 usuarios gracias a las conexiones estivales con Palma y Málaga, pero el Covid se llevó la ruta acordada a Londres.

Con el inicio de curso los usuarios habituales de la ruta a Madrid comprobaron con sorpresa e indignación que no se mantenían las frecuencias ni los horarios, la conexión diaria con Barcelona quedó reducida a 2 o 3 días, y la de Madrid se quedó en uno o dos vuelos diarios, pero a media mañana. «El 70% de nuestros usuarios son gente de negocios que cogía el vuelo de las 07.15 horas. Con la nueva frecuencia ahora a las 12.15 ese público habitual se ha tenido que buscar sus conexiones a través de otras rutas como Bilbao o Pamplona. Con ese horario apenas hay clientes porque no resulta atractiva la oferta, y los vuelos van medio vacíos», denuncia García.

La situación de la instalación es desalentadora, con apenas un vuelo al día. «La cafetería cerrada, los establecimientos de alquiler de coches de cuatro solo funciona uno y otro a medias», retrata García. La misma imagen desde hace meses, que impacta sobre todo en los servicios auxiliares, pero también inquieta la plantilla de Aena que teme futuros recortes. «Si no hay movimiento no hay trabajo y si no hay trabajo vendrá otro recorte de plantilla. No es que temamos solo por los puestos directamente relacionados con el aeropuerto, también hay mucho empleo indirecto afectado por esta situación».

Desde el comité de empresa acusan a las instituciones de no hacer nada. «Ortzibia, si antes hacía poco o nada, ahora está desaparecida», critica García mirando a los implicados en la sociedad promotora del aeropuerto: Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa, ayuntamientos de Donostia, Irun y Hondarribia, y la Cámara de Comercio. «Ninguno dice nada, desde el inicio de la pandemia no se han movido por esta instalación y por darle una salida. Poco a poco lo están dejando morir», asegura mirando a aeropuertos de alrededor, como Vitoria donde lograron las 24 horas. «Aquí no hay intención de salir de esta parálisis», reprocha.