La temperatura en 2016 supera un grado la media histórica de Gipuzkoa

Con el frío aun por llegar y sin temporales que de momento amenacen, el invierno astronómico ya está aquí. La nueva estación entró de manera oficial catorce minutos antes de las doce del mediodía de ayer y puso fin a un otoño irregular, con un mes de noviembre en el que llegaron a batirse récords de precipitación y un diciembre en el que, por contra, apenas ha llovido. En las dos primeras semanas no ha caído una sola gota y si en las jornadas que restan para fin de año no llueve, quedará con la calificación de muy seco o extremadamente seco.

La entrada del invierno, sin embargo, no solo pone término al otoño. También cierra el año. 2016 ha sido un periodo «muy cálido», según se desprende de los registros obtenidos en los cuatro observatorios de la red de Aemet. Sin embargo, por paradójico que pudiera resultar, la temperatura ha descendido por segundo año consecutivo. Las medias de 2016 han sido de 14º en Igeldo, 15,3º en Hondarribia, 14,6º en Loiu y 12,1º en Foronda. Pues bien, en los cuatro centros meteorológicos se ha registrado una caída de tres décimas respecto a 2015. Esta bajada se da, además, por segundo año consecutivo. El descenso desde 2014 es de ocho décimas en Igeldo, mientras que en Hondarribia ha sido de cuatro. En Foronda, por su parte, la caída se cifra en siete décimas en el mismo periodo.

Aún y todo, 2016 ha sido un año muy cálido. Los valores se sitúan entre seis décimas y un grado por encima de las temperaturas medias históricas de los cuatro observatorios.

El verano fue especialmente cálido. De acuerdo al balance que se efectuó al término de la estación, las máximas se registraron en el mes de julio, entre los días 18 y 19. En aquellas fechas, el mercurio subió hasta los 40,4º en el aeropuerto vizcaíno de Loiu. En Hondarribia y Foronda llegaron a 38º, en tanto que en Igeldo se quedaron en 36,7º.

También apretó el sol en agosto, donde las máximas se situaron un grado y medio por encima de lo normal. La más elevada se midió en Bilbao, el día 25 y fue de 39,8º. Con la entrada del mes de septiembre tampoco es que aflojara mucho la canícula. Prueba de ello son los 35,6º de máxima que se registraron en Igeldo, o los 36,5º de Hondarribia y 36.6º en Foronda. En Loiu, el termómetro se disparó hasta los 39º.

Comienzo lluvioso

Pluviométricamente, el año ha sido normal en cuanto a precipitaciones totales, aunque ha llovido de manera dispar. El centro meteorológico que más cantidad de agua ha recogido ha sido Hondarribia. A falta de que termine el año y haciendo una extrapolación de los litros que pueden caer de aquí a final de año, el pluviómetro del aeropuerto cerrará con 1.800 litros, cien por encima de la media. En Igeldo se totalizan 1.624 litros, un registro que asimismo supera la serie histórica, que es de 1.555 litros. En Loiu se han medido 1.279 litros -la media es de 1.209-, en tanto que en Vitoria han caído 758, ligeramente por debajo de lo habitual, que es de 798.

El primer trimestre fue el más húmedo de todos. Enero fue un mes normal en cuanto a precipitaciones. Se recogieron 143 litros en Igeldo, 208 en Hondarribia, 111 en Loiu y 88 en Vitoria.

Pero el «gran diluvio» estaba por venir. Febrero batió registros históricos en tres de los cuatro observatorios de la red de Aemet. El mes totalizó en Igeldo 323 litros por metro cuadrado, de forma que superó el registro anterior, que databa del año pasado. Entonces, cayeron 296 litros, una cantidad que, a su vez, pulverizó la marca anterior (265 litros) que fue medida en 1931. De esta forma, nunca desde 1928, año desde el que hay registros en Igeldo, un febrero había sido tan lluvioso como este en el observatorio donostiarra.

Además, febrero también superó la marca en Hondarribia, que registra datos desde hace sesenta años. En su pluviómetro cayeron 350,8 litros, un cantidad que superó el anterior récord de 347 litros y que se remontaba a 1996.

La tercera efemérides se produjo en Loiu, donde se midieron 345 litros. Solo en Vitoria no hubo marca histórica. En la capital alavesa se recogieron 203,3 litros.

A febrero le siguió un marzo que tuvo un comportamiento puramente invernal, con lluvia, nieve, granizo, frío... En sus 31 días se registraron 204 litros en Igeldo, cuando la media del mes fue de 112, mientras que en Hondarribia cayeron 267, un valor que pulverizó la media del centro meteorológico, que es de 139 litros. En el observatorio de Loiu, por su parte, precipitaron 214 -la media es de 95- y en Vitoria se midieron 137, nada menos que 67 litros por encima de lo normal.

Estas lluvias permitieron que los embalses, que estaban bajo mínimos, terminaran por rebosar.

El resto del año, sin embargo, no ha sido precisamente lluvioso. La primavera fue muy seca y en verano tampoco es que lloviera demasiado. En Igeldo y Hondarribia se contabilizaron 60 y 91 litros por debajo de lo esperado en los meses estivales y en Vitoria apenas cayeron 50 litros.

Noviembre muy húmedo

Con la entrada del otoño, solo el mes de noviembre ha sido húmedo y rompió todos los registros. Se midieron 380,5 litros, la mayor acumulación desde que en 1955 se creó el centro meteorológico de Hondarribia. El récord anterior databa de 2009. Aquel noviembre se midieron 369 litros.

En Igeldo se recogieron 290 litros pero no hubo récord. Tampoco lo hubo en Loiu y Vitoria.

Pero tras el paréntesis húmedo, ha vuelto la sequía. En lo que va de diciembre apenas han caído 10 diez litros en Igeldo. La situación es idéntica en el embalse del Añarbe. «Este mes es hasta el momento el más seco de la serie histórica. Y de continuar así, podría batir el récord por segundo año de forma consecutiva», afirman desde la mancomunidad. En 2015 se midieron 15 litros y transcurridos ya dos tercios del mes, se han recogido hasta el momento 10 litros, lo que representa el 5% de las precipitaciones de un mes de diciembre en el que de media caen 195 litros.

Desde Aguas del Añarbe, asimismo constatan que el otoño ha sido seco, ya que desde el 1 de octubre se han registrado únicamente el 59% de las precipitaciones habituales.