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Cómo aprovechar la cáscara de la naranja y el limón
TRUCOS DE COCINA

Cómo aprovechar la cáscara de la naranja y el limón

Aprende estas dos formas de aprovechar las cáscaras de naranja y limón la próxima vez que peles estas frutas, y añade un toque de sabor a tus recetas.

Viernes, 5 de junio 2020

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Conoce dos formas diferentes de aprovechar la cáscara de naranja y limón en tus recetas, y amortiza todas las partes de la fruta. Esta parte de la fruta que a menudo se desecha y muy pocos aprovechan, se lleva consigo grandes beneficios entre los que se encuentra dar un intenso y delicioso toque de sabor a muchas de tus preparaciones.

La cáscara confitada es una buena forma de dar un toque de sabor a nuestras recetas

Una de las formas de aprovechar la cáscara de naranja y limón es rayándola. Esta técnica consiste en limpiar bien la cáscara, y retirar la parte blanca que está en contacto con el interior de la naranja o el limón, o cualquier otro cítrico como la lima o el pomelo, con la ayuda de un cuchillo. Es importante apurar la piel al máximo ya que esta membrana es la responsable del sabor amargo que suelen tener las pieles de los cítricos y si nos dejamos algún resto nos puede estropear el resultado.

Para elaborar el polvo de la cáscara, después de quitar la parte blanca, tenemos que secarla. Podemos hacerlo con la ayuda del horno o al sol, para lo que deberemos poner las cáscaras bien extendidas. Una vez esté completamente seca se puede triturar con la ayuda de un molinillo de café o cualquier tipo de trituradora, batidora o mortero que tengamos en casa.

Una vez listo se guarda en un tarro o recipiente con tapa y estará listo para aderezar postres como helados, cremas y bizcochos, además de recetas saladas como carnes.

Otra forma de aprovechar la cáscara de naranja y limón

A modo de golosina, la piel de naranja confitada es una de las formas más conocidas de reutilizar la cáscara de esta fruta en recetas, aunque este dulce tentempié se puede elaborar también con la cáscara del limón.

Con la piel de cuatro naranjas tenemos suficiente para elaborar este dulce. Lo primero es limpiar y cortar la cáscara en tiras del tamaño de un dedo más o menos. Para quitarle el amargor por completo debemos poner la cáscara de las naranjas o limones en agua en una olla a fuego fuerte, y cuando hierva retiramos el agua, proceso que realizaremos dos veces. A continuación añadimos el mismo peso de cáscaras, azúcar y agua, a fuego lento, hasta que se evapore la mayor parte del agua.

Una vez se vean bien impregnadas, las sacamos con cuidado, ya que el azúcar a esta temperatura quema, y las extendemos sobre una rejilla de horno para que se enfríen sin quedarse pegadas unas con otras. Cuando podamos manipularlas sin quemarnos las pasamos por azúcar y dejamos que se sequen del todo. Una alternativa al azúcar es bañarlas en chocolate fundido y dejar que se enfríen. Ya listas se pueden comer solas o se pueden utilizar para decorar tartas o bizcochos y acompañar postres.

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