Asador Montxo, el sabor de un buen guiso

El arte de un buen guiso. Santo y seña de nuestros caseríos, de nuestras casas. Nuestra identidad culinaria en torno a una cazuela. Mimar y cuidar los productos, dejar que se vayan cocinando a fuego lento. Esos bocados sabrosos, llenos de personalidad que encontramos en nuestro recetario tradicional. En el Asador Montxo apuestan por cuidarnos con esas recetas que tan felices nos han hecho durante toda nuestra vida, porque ¿Cuándo entra mal un buen guiso? Fueron dos de los platos que completaron el homenaje que nos dimos en este asador ubicado en Urdax aprovechando una escapada familiar. Por un lado, el guiso de ciervo, ese guiño a la caza, con personalidad, la carne en su punto y una salsa con potencia, de los de toma pan y moja. Pero, Iván Blanco tuvo a bien sacarnos una ración de rabo de toro estofado, y, fue todo un acierto. El rabo se deshacía en la boca, suave y elegante, pero con carácter, con todo su sabor, delicioso. Suelen ir jugando con su propuesta de guisos dependiendo de lo que les ofrezca el mercado, la temporada o surja de su inspiración.

Es una de las apuestas del Asador Montxo, el recuperar los guisos de toda la vida, la cocina de las cazuelas. Porque Montxo es un asador que va más allá de la propia parrilla. Les gusta jugar con la tradición, recuperar recetas de la zona, de nuestros caseríos, volver a ponerlas en el plato. Una buena cocina, bien elaborada y presentada, con una carta juguetona, con toques diferentes que llaman la atención y que abarca un público amplio. Y, como buen asador, su parrilla es una de sus señas de identidad, donde asan muy buenas chuletas, la estrella y razón principal para el peregrinaje de muchos clientes, y grandes piezas de pescado. Un asador con personalidad y esencia propia.

Hacía 2 años que conocí este asador familiar, que hoy en día lo dirigen Iván Blanco y Maitane Barberena, que cogió el relevo del padre de Iván el 14 de mayo del año 2021. Iván lleva toda la vida echando una mano y conociendo el mundo de la hostelería. Maitane, lleva desde los 16 años en este oficio, trabajando en sitios como en Kabo. Una pareja que poco a poco ha ido incorporando su toque al asador. El siguiente paso, una gran apuesta por el mundo del vino, les gusta salsear en ese mundo y van a hacer una apuesta importante por reforzar este apartado donde reunirán alrededor de 100 referencias diferentes de todas las Denominaciones de Origen de España.

Hace 2 años que lo conocí y aprovechando que repetíamos escapada familiar a Urdax, no tuvimos dudas en escaparnos al Asador Montxo para darnos un buen homenaje gastronómico, porque fue un homenaje en toda regla. Comenzamos con unos fritos caseros, el arte de un buen frito, y, que en Navarra lo bordan. Aquí van jugando, siempre encontraremos las croquetas de jamón y la bola de queso, pero, a partir de ahí, sorpresa. Sus ensaladas también son una buena opción, muy recomendables la Antzanborda con queso de cabra y mollejas de pato, y, la Ugarana, con bacalao y cebolla confitada.

Hongos, una delicia

Uno de sus productos fetiche son los hongos. En temporada hacen gran acopio de ellos para luego poder ir ofreciendo a lo largo del año este maravilloso producto. Hongo recogido en los bosques cercanos. El revuelto de hongos es una delicia, fino y suave en boca, una muy buena opción para tomarlo entre los entrantes.

Si estáis con antojo o ganas de parrilla, optar por la chuleta, es un acierto seguro. La estrella de la casa, una referencia. Piezas seleccionadas cuidadosamente para que luego luzcan tras su paso por la parrilla, tanto en la presentación, como, en su sabor. Una chuleta para disfrutar, que viene acompañada de patatas, pimientos y ensalada. Si estáis buscando una buena chuleta, el escaparse hasta el Asador Montxo es una buena excusa. También son buenas opciones los pescados a la parrilla, como el rape, el rodaballo, el besugo o la lubina. A partir de ahí, sus chuletillas de cordero no fallan, y, si buscáis algo más especial, atentos con su pulpo a la parrilla, que está muy bueno.

Para terminar, una recomendación personal, los canutillos rellenos de crema. Me atrevería a decir que se ha convertido en mi postre de referencia, y, si lo encuentro en la carta no tengo dudas. Postre tradicional navarro, sin grandes misterios, pero, que me encanta. Si buscáis algo más especial, el helado frito, una bola de helado de vainilla en tempura flambeado con Cointreau. A partir de ahí la cuaja quemada Kizkilurdin o el pastel vasco relleno de crema, son otras dos ricas opciones. Un asador con personalidad propia donde darse un buen homenaje gastronómico. On egin!