Piper en Mutriku, cazuelas de pescado de muchísimos quilates
Piper | mutriku ·
Me gusta la peña currante y auténtica que atiende los negocios con personalidad y dejándose el pellejo para agradar a sus clientes. Es el caso ... de la gran Maite, alma máter del Piper y esposa de Santi, cocinero filibustero y astronauta que pilota el fogón de este tasco de Mutriku ante la estatua de Cosme Damián Churruca. Es muy honorable que honren diariamente la figura del marino con grandes cazuelas de la gastronomía vasca de raíz, en las que estofan cabras, merluzas, chipirones o lomos tersos de bonito del norte. El local posee una barra bulliciosa con pinchos y vecinos chiquiteando, una terraza abierta a la plaza y ese comedor recién remodelado en el que puedes esconderte si no quieres que te pillen chupando cabezas de marisco o bebiendo champañas y vinazos de categoría.
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Santi es un personaje exagerado y orgulloso, fantasma de Canterbury y zurdo, una mezcla 'dinamita' que ha ido ajustando con el tiempo. El fogón y los madrugones marcan carácter. El mundo del pescado es duro y tienes que andar fino si los peces son el hilo argumental de tu carta y necesitas apretura, agalla roja y gelatina fina y fresca para ligar el grueso de tus especialidades. El tipo es un marciano pero noble, apasionado del papeo y de la cocina antigua que ofrece verdaderos chollos de 'amatxo' hasta en sus únicos y singulares platos combinados que arma con ensalada verde, patatas fritas y maravillosos 'begiaundi' plancheados, lenguaditos rebozados o pequeños cogotes de merluza con su vinagre de sidra, refrito de ajos laminados y guindillas.
Piper | Mutriku
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Estilo Tasca marinera
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Dirección Plaza Txurruka 4
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Teléfono 943 603 053
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Correo @piperren_txokoa
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Con quien Con amigos / En pareja / En familia
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Precios Ensalada de tomate con bonito cocido 24 euros / Almejas en salsa verde 24 euros/ Txangurro al horno 26 euros / Cogote de merluza al pilpil 49 euros. Tronco de merluza a la ondarresa 25 euros / Mollejas salteadas 14 euros
Cada visita es un descubrimiento. Tanta importancia tiene un lomo como una vejiga de merluza o una cabeza con sus carrilleras como una hueva bien prieta y cargada. Guarda entre hielo joyas como espardeñas, santiaguiños, gambas blancas o rojas, cigalas y todo tipo de armamento con el que vuelve locos a sus comensales más fieles. Triunfa con unas simples anchoas sobadas en casa, una fuente de croquetas, unas rabas de piel centelleante, unos chipirones de potera enharinados y fritos enteros 'a la brutesca' o una cabeza de merluza abierta y rebozada con sus pellejos negros, que se quedan pegados a los labios como gelatina para desdentados. O te deja mudo con su ensalada de tomate con bonito recién cocido, sorprendente.
El truco del almendruco
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No abusardel picoteo No sean burros y no se ceben con el típico picoteo que merma el apetito y te lleva desinflado hasta el 'arca perdida' de esta casa, las soberanas cazuelas de pescado.
Hay muchas escuelas de pensamiento tomatero y en este sesudo asunto quemas etapas y ajustas errores. ¿De qué hablo? Pues que de crío lo odias y de repente te engancha. Tu madre lo ponía con pellejo en gajos y un día lo descubres pelado, ¡mantequilla pasiega!, pillas la puntilla y lo partes a bocados. Más adelante vuelves al gajo y un día sientes la necesidad de rebanarle la panza en rodajas transparentes y recostado sobre un plato te lo papeas a sorbos con aceite y sal. Hay días locos que lo trincas del frutero y te lo zampas a mordiscos. Y con el aliño, arrancas con aceite 'cerocuatro' chungo a chorro con vinagre malo y en cuanto cobras la primera nómina te pasas al verde de oliva y el vinagre magno de Jerez. También bordan las cigalas rebozadas, el txangurro gratinado, las almejas en salsa, las kokotxas al pilpil o ese tronco de merluza a la ondarresa con su hueso y su pellejo, ¡maravilla!
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Ofrecen cogote y rape asado, lenguado 'tabla', besugos, pargos, rodaballos, virreyes o el plato estrella que debe encargarse con antelación. El cogotazo de merluza ligado sobre la plancha en cazuela y a muñeca, con ajos, guindillas y el aliento de unas vejigas que ayudan a que se fragüe un barrillo amarillento de muchísimos quilates, salsa reina de la gastronomía vasca. La verde tradicional, la negra del chipirón o la vizcaína del bacalao son soberbias, pero un pilpil es otra liga. Para los más cerdos hay mollejas salteadas que acompañan con un plato de jamón ibérico.
De postre, flan de huevos camperos, fresas con zumo de naranja y yogur de 'Xarrondo', irlandés, escocés o valenciano. Disfruten, que nos quedan dos telediarios.
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