Un encuentro de grandes triunfadores

Son muchos y buenos. Como lo es la gastronomía guipuzcoana. La sociedad Itzalpe de la Parte Vieja acogió el pasado 19 de noviembre un nuevo encuentro de 'A Mesa Puesta', el programa gastronómico dirigido por Javier Yurrita, fundador de San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country.

Una cita en la que la palabra ganador fue la más repetida. Y no podía ser de otra manera teniendo en cuenta que varios de los presentes han sido protagonistas de este 2024 que está cerca de llegar a su fin. Desde tortillas de patata que marcan tendencia a txuletas de campeonato, son muchos los agentes que hacen de nuestro ecosistema culinario toda una referencia dentro y fuera de nuestras fronteras.

De ellos y ellas depende el éxito de nuestra cocina y, de momento, Gipuzkoa mantiene un nivel altísimo. Como es habitual, ejerció de anfitrión Alfonso Dolado, un histórico de El Diario Vasco. Junto a él estuvo un nutrido grupo de compañeros de este medio como Iosu Larrarte, Sorkunde Irazu, Ainhoa Velasco y Tomás Olasagasti, encargados también de la organización del evento.

Pero los verdaderos protagonistas fueron los cocineros, sumilleres y proveedores que tienen la excelencia como signo de identidad y que han visto recompensado su trabajo a lo largo del presente año. Desde de propia Parte Vieja se acercó Mikel Mayán, del Asador Aldanondo, ganador de la Sopa de Pescado Romana en el Dies Oiassonis; de Egia llegaron María Antonia Pazos y Alfredo Jiménez, de la Taberna de Egia, con una tortilla de patata con bacalao que ha logrado el Campeonato de Euskadi hace pocas semanas; del Centro, Javier Caneja, sumiller del Narru y ganador en los Gastronomika Sariak del galardón a Mejor Sumiller del Año; desde Irun, Iñigo y Julen Lavado, del restaurante Iñigo Lavado, siendo el último de ellos reconocido en los Gastronomika Talent como Mejor Sumiller; y desde la pequeña localidad de Villagonzalo Pedernales, en Burgos, Vanesa Martín y Rubén Güemes, de El Alfoz. Ellos fueron los ganadores del último Campeonato Nacional de Parrilla, en San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country, con una Vanesa Martín que hizo historia al convertirse en la primera mujer que se alzaba con el título de mejor parrillera. Junto a ellos, Jesús Sainz, de Cárnicas Guikar, quien también se convirtió en la cárnica ganadora en el congreso gastronómico donostiarra. Tampoco hay que olvidarse de Casa Otaegui, con Iñigo y María Otaegui a la cabeza, que recientemente ha logrado el solete Repsol que evidencia su apuesta por la calidad.

A todos ellos se sumaron Xabier Zabaleta, del Aratz, que celebra sus 35 años de historia y éxito; Rafael García Santos, uno de los impulsores de una tortilla de patata que está en su mejor momento y que estuvo acompañado por Aitor Lexartza; Mon Abad, que trajo unas ostras Daniel Sorlut que siempre triunfan; Antonio Alduán, con jamón Pinosur y bacalao Elkano de Alusaldu; y Juan Carlos de la Prida y Óscar Rodríguez, de Templo Cafés.

Con tanto talento reunido, la minuta solo podía estar en un nivel sobresaliente. Y así fue. Los entrantes arrancaron con ostras Daniel Sorlut, morcilla Olano, que suma once txapelas consecutivas en el Concurso de Cata de Morcilla de Beasain -la última en 2024-, jamón Pinosur de Alusaldu, tortilla de patata con bacalao de La Taberna de Egia y queso Kamiku. Todo ello con una gran selección de aceites.

Los principales brillaron como en pocas ocasiones. Por un lado, la sopa de pescado de Asador Aldanondo, elaborada con materia prima de Pescadería Ander; bacalao al pilpil elaborado por Iñigo Lavado y con producto de la marca Elkano que comercializa Alusaldu; y txuleta Guikar, con Vanesa Martín en los fogones. Casi nada. Un canto al buen gusto y un ejercicio de perfección por parte de todos los protagonistas. Por si esto fuera poco, todos los platos estuvieron maridados con el Beronia Reserva 2018 y el cava Juve & Camps Brut Nature Reserva de la Familia 2019.

Para culminar el evento, nada mejor que los postres de Casa Otaegui. La Pantxineta, una de las estrellas de su centenaria historia, puso sobre la mesa la excelencia del trabajo artesanal; y el chocolate negro y el chocolate con leche con avellana fue la propuesta sorpresa que también gustó a los asistentes. El final perfecto fue ese café de Templo Cafés que tan apreciado es en nuestro territorio.

Muchos motivos los que ha dado la gastronomía guipuzcoana para una celebración como esta. Y vendrán muchas más porque Gipuzkoa sigue empeñada en mantenerse en la élite de la gastronomía mundial.