¿Cuál es la diferencia entre el cordero y el lechazo?

Las fechas navideñas quedan atrás. Semanas en las que las comidas copiosas han formado parte del día a día de las familias. Reuniones (menos numerosas que en años anteriores) que suelen tener como denominador común algunas recetas ya clásicas. El cordero al horno es una de ellas ya que permite disfrutar de la compañía de los más cercanos al mismo tiempo que el plato principal se prepara sin demasiada atención.

Sin embargo, es muy sencillo confundir al comensal y no identificar correctamente si el producto estrella es cordero o lechazo. Son dos términos que, en muchas ocasiones van unidos, pero que resulta interesante diferenciar. No son lo mismo aunque partan de una misma raíz. Es evidente que el cordero es el hijo de la oveja, pero a partir de ahí existen diferentes clasificaciones para identificar un producto u otro.

Tiempo de vida

Una de las grandes diferencias radica en el tiempo de vida de cada animal. El lechazo es el que tiene un recorrido más corto ya que es sacrificado al mes de nacer. Eso significa que su peso puede rondar los diez kilos vivo, mientras que el cordero, que puede alcanzar el año de vida, puede superar los 25 kilos. Esta diferencia en el tiempo de vida también tiene consecuencias en la carne y en la sensación que produce en los comensales. La del lechazo está considerada como más jugosa y tierna, así como menos grasienta y más saludable. Su tono rosado también identifica un producto que mantiene una gran demanda en el mercado.

Alimentación

Pero la cosa no queda ahí. La alimentación también es una de las grandes diferencias entre el cordero y el lechazo. Relacionado con el anterior punto, el tiempo de vida, el lechazo se alimenta durante todo el mes de leche materna. No podemos decir lo mismo del cordero recental (menos de 19 kilos) ni del pascual (más de 19 kilos). A lo largo de los doce meses de vida, la lactancia va dejando paso al pienso.

Euskadi cuenta con su propia variedad de cordero, el latxo. Podemos hablar todavía de una novedad en el mercado porque no tiene gran recorrido, pero su sabor y el abanico de posibilidades que ofrece auguran un buen futuro para un producto que bien puede terminar en el horno, en unas buenas chuletillas o como hamburguesa.