Aciertos y errores a la hora de conservar la carne

Tan importante como comprar una buena carne es conservarla correctamente hasta consumirla. Y es que no sirve para nada ir a la carnicería y coger la mejor materia prima si luego, una vez lleguemos al hogar, cometemos ciertos errores a la hora de guardarla que, inevitablemente, van a mermar su calidad y su frescura.

A pesar de que la voluntad sea buena, no siempre acertamos con las prácticas que realizamos a la hora de conservar la carne. Es por ello que, en esta ocasión, vamos a hacer un repaso por los aciertos y errores que debemos tener en cuenta a la hora de guardar la carne.

No hay mejor consejo a la hora de conservar la carne que incidir lo menos posible en el trabajo realizado por el carnicero. Muchas veces, tendemos a realizar más cortes o a deshacernos del papel en el que se ha envuelto la carne. ¡Error! La principal recomendación para mantener la frescura de la carne es conservarla en el papel parafinado que ofrecen las carnicerías, ya que este envoltorio ejerce de inmejorable barrera protectora y permite su respiración, eludiendo que se acumule la humedad que derive en descomposición o la adquisición de olores.

Si es para un consumo a corto plazo, es decir en los próximos días, bastará con conservar tal cual la carne en la zona fría del frigorífico, habitualmente ubicada en el cajón inferior del mismo. Si, por ende, buscamos un almacenamiento largo, lo mejor será congelar la carne. ¿Cómo? Mantén la carne envuelta en el papel parafinado y realiza una segunda envoltura en papel film o bolsa de congelación antes de meterla al congelador.

Hay quien no compra la carne en carnicería, sino en supermercados, donde suele estar envuelta en plástico. En este caso, la mejor opción será tener papel parafinado de uso alimentario en casa y trasladar la carne que compremos a este envoltorio a la hora de guardarla.

Conocido cómo debemos conservar la carne en casa, no está de más señalar algunos errores que, habitualmente, cometemos sin ser conscientes de la peligrosidad que suponen para la integridad y la frescura de la carne.

Sabido que el papel parafinado es la mejor opción para guardarla, deshazte de la costumbre de traspasarlos a otros envoltorios o, lo que es peor, de guardarla en recipientes herméticos. 'Encerrando' la carne se favorece la humedad y, por ende, una mayor descomposición que deteriora la textura y el sabor.

Junto con ello, es importantísimo no lavar ni cortar la carne antes de guardarla. ¿Por qué? Cortar la carne implica exponerla a mayores niveles de aire y bacterias, lo que va inevitablemente a acelerar su descomposición. Si vas a cortarla, que sea antes de consumirla. Por otro lado, lavando la carne con agua antes de conservarla redunda en un aumento considerable de la humedad de la misma, favoreciendo la proliferación de bacterias que van a hacer que la carne 'se ponga mala'.

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