La batalla de Vitoria y 'las cosas del comer' marcan la precampaña más reñida
El pulso de este sábado en la capital alavesa entre Imanol Pradales y Pello Otxandiano escenifica la rivalidad preelectoral
La precampaña electoral vasca se estrenó de verdad este sábado sábado en Vitoria, escenario clave de estas elecciones tan abiertas que el lehendakari anunció el ... jueves para el 21 de abril. El reparto igualitario de 25 escaños en el sistema electoral eleva la emoción. Imanol Pradales, el candidato del PNV, y Pello Otxandiano, de EH Bildu, se lanzaron las primeras puyas pero con guante blanco inmaculado, que la artillería de palabras es para los teloneros. En un acto puntual, con un público entusiasta, y telepronter, el primero apostó por medidas de choque para garantizar el derecho a una vivienda digna a los jóvenes y puso como ejemplo las políticas desarrolladas en Álava al respecto. Hemos pasado del derecho a la autodeterminación al derecho a la emancipación. Ese es el cambio de paradigma.
Le acompañaban en el acto el cabeza de lista por Álava, el jeltzale Joseba Díaz Antustegi, símbolo del relevo generacional y exportero del Alavés B. Pradales –con su jersey azul marino ya característico– insistía en que no se debe jugar «con las cosas del comer». Lo hacía en la capital alavesa, donde el PNV se pegó un batacazo en las municipales, en las que quedó en cuarto lugar, sobre todo tras el pinchazo en Vitoria de Beatriz Artolazabal, candidata a la Alcaldía. El PNV quiere quitarse la espina de esa derrota.
Lo hacía, también, para medirse con EH Bildu y aglutinar el voto útil frente al previsible crecimiento que se pronostica para la izquierda soberanista. Los jeltzales utilizaron el Palacio de Villa Suso para transmitir una imagen de fortaleza que contrarreste el reñido empate que muestran las encuestas. La mejor defensa es un buen ataque, dicen los clásicos. El discurso iba dirigido a captar el voto moderado nacionalista desencantado e, incluso, los que pueden verse tentados por EH Bildu, que ha amortiguado sus aristas tradicionales. Su mensaje, plagado de guiños al alavesismo –con una referencia expresa a un nuevo impulso al aeropuerto de Foronda– pretendía ser todo un cortafuegos a la extensión de Bildu entre los electores. Andoni Ortuzar, a su vez, ya había marcado el terreno de juego al mostrar su satisfacción por el logro de las dos últimas transferencias –Cercanías y homologación de títulos universitarios de ciudadanos extranjeros en la CAV– y su esperanza en un próximo traspaso de políticas de acogida a los inmigrantes. Su confianza, eso sí, pasa por culminar en dos años el Estatuto de Gernika. Lo cortés no quita lo valiente, pero el PNV quiere rentabilizar estos traspasos en vísperas de que el ministro de Transporte y Movilidad, Oscar Puente, el lunes en Beasain, se ponga la parte de la medalla que le corresponde. Jeltzales y socialistas libran una pugna soterrada por capitalizar este traspaso.
Los crecientes reproches a Bildu ponen de relieve que es el fenómeno, políticamente, a batir. Pello Otxandiano volvió a pedir a poca distancia, en el Palacio Europa, el apoyo a un nuevo liderazgo y a un cambio de rumbo que ponga en el centro de la agenda los problemas del país. Otxandiano, en un tono profesoral y con chaqueta y camiseta, se lanzaba a la conquista de los sectores templados que, según la izquierda independentista, pueden tener la llave para forjar nuevas mayorías y propiciar el cambio de liderazgo. El look borroka parece casi del Paleolítico.
Andueza elevó el sábado el tono contra EH Bildu en el acto del 40 aniversario del asesinato de Casas
Los socialistas, con Eneko Andueza a la cabeza, eligieron el Palacio del Kursaal de San Sebastian para homenajear a Enrique Casas, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas hace 40 años. Lágrimas y abrazos en un acto con una buena dosis de memoria y nostalgia, que superó desencuentros y que puso el foco en la unidad. Allí se congregaron todos, los nuevos y los viejos, los oficialistas y los críticos. Todas las familias del socialismo. Nombres como Maturana, Eguiguren, Elorza, Jáuregui o Ana Miranda. La historia del PSE de Gipuzkoa. En este marco emocional Andueza lanzó una enmienda a la totalidad a la «cobardía» y «falta de valentía» de la izquierda abertzale, incapaz, aún, de condenar el terrorismo. El PSE salta a la arena con un alegato sin complejos frente al auge de la izquierda independentista que pronostican las encuestas. Este sábado tocaba memoria histórica del socialismo de la resistencia y hoy presentación de las candidaturas en Barakaldo, en la Margen Izquierda, bastión del obrerismo clásico y hoy en día feudo del PNV. Hacerse su espacio en esta polarización nacionalista no va a resultar sencillo.
«Nos están durmiendo»
El PP de Javier de Andrés hizo a su vez un llamamiento al «despertar» de Euskadi ante el «declive» que observa con el nacionalismo anclado en el poder, y su alianza con el PSE. «Nos están durmiendo», opinó. De Andrés juega a cortejar al voto nacionalista crítico con los pactos con Sánchez, pero tampoco renuncia a utilizar el asunto del euskera para espolear a los segmentos castellanoparlantes que pueden sentirse molestos por el 'turbo' de las políticas de euskaldunización. «El proyecto del PNV se parece cada vez más a EH Bildu porque tiene miedo a que le quite votos», alertó. Todo un aviso para navegantes que anticipa un especial empeño en evitar que los jeltzales vuelvan a convertirse en el voto-refugio del espacio moderado.
De Andrés quiere evitar que el PNV vuelva a jugar el rol de aglutinar el voto-refugio anti-Bildu
Miren Gorrotxategi, la candidata de Elkarrekin Podemos, optó por envolverse en la bandera del ' eje de izquierdas' al reprochar a EH Bildu y a los socialistas de ser incapaces de articular una alianza alternativa al PNV. La aspirante morada marca su territorio ideológico pero Elkarrekin Podemos sabe que su voto está más que disputado en este paisaje de dispersión. Más que nunca. De ahí viene su carga de profundidad contra Sumar por «tener problemas con la democracia». No hace falta más que recurrir al refranero. No hay peor astilla que la de la misma madera.
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